Nieto destaca la “situación de normalidad” tanto en Urgencias como en la atención a la demanda generada por la gripe y otros procesos estacionales

Hay menos urgencias, ingresos y derivaciones a centros de convalecencia que en enero de 2014 y el Hospital San Pedro mantiene su actividad ordinaria

El consejero de Salud y Servicios Sociales, José Ignacio Nieto, acompañado por el coordinador del servicio de Urgencias del Hospital San Pedro, Pedro Marco, ha informado hoy en rueda de prensa de la situación de los centros asistenciales de La Rioja con motivo del incremento de procesos infecciosos por la epidemia de gripe. Desde el 1 de enero y a fecha de hoy, respecto al mismo período de 2014, se constata la normalidad de la situación, habitual para este período del año.

En este tiempo, los dispositivos del Servicio Riojano de Salud han dado respuesta a la demanda asistencial, que ha registrado una mayor intensidad, como ya se preveía, y como ocurre siempre respecto al resto del año. Los centros han podido absorber sin problemas el incremento de patologías, fundamentalmente, respiratorias que afectan a personas mayores y con enfermedades crónicas, que ven cómo sus procesos se agudizan y descompensan por las bajas temperaturas invernales.

En la última semana del año pasado y en la primera de 2015, la tasa de la gripe se encontraba por debajo del umbral considerado como epidemia. Fue a partir de la segunda semana (con 108.9 casos por 100.000 habitantes) cuando la onda epidémica inició su ascenso hasta llegar a la actual tasa de 260.8 casos/100.000 habitantes.

Coincidiendo con el inicio de la onda epidémica, y más concretamente el 14 de enero, fue necesario habilitar el control de la 4ª planta porque se registraron, en un solo día, 69 ingresos procedentes de Urgencias. Como se recordará, se trata de un control de camas de reserva que están siempre disponibles y son utilizadas con carácter inmediato cuando la demanda lo requiere. Las camas de reserva son un recurso sanitario adicional del que debe disponer todo hospital público, con el objetivo de dar respuesta a los momentos de mayor demanda asistencial que se producen a lo largo del año.

Urgencias e ingresos

De esta forma, desde el 1 de enero han acudido al Servicio de Urgencias del Hospital San Pedro 7.314 personas, lo que supone una media de 280 pacientes al día, en torno a un 5% más de la media del resto del año (265). Aún así, es un 10% menos de las cifras recogidas en 2014.

Respecto a los ingresos, desde el Servicio de Urgencias, han sido 1.225 los pacientes que han tenido que ingresar (se trata de un 16,75% de las urgencias atendidas); de forma que supone una disminución de un 6,2% respecto al mismo período de 2014. Por tanto, para el consejero de Salud y Servicios Sociales, el comportamiento de la demanda es el propio de las variaciones estacionales; y este año, hasta el momento, no se ha dado ninguna circunstancia excepcional. La situación de la demanda y la presión de ingresos es más favorable en el 2015 que en el 2014.

Cabe señalar que más del 50% de los ingresos hospitalarios urgentes se dan en personas mayores de 65 años (55,8%). El 28,7% de personas entre 65 y 84 años y el 43,8% de las personas mayores de 84 años que consultan en urgencias precisan ingreso hospitalario.

Ingresos en Hospitalización a Domicilio y centros de convalecencia

Estos mismos indicadores que constatan la menor actividad de este año respecto al pasado, también se reflejan en la atención que ofrecen otros dispositivos clave en momentos de mayor demanda. En el caso de Hospitalización a Domicilio, en el tiempo estudiado, se han registrado 142 ingresos, mientras que en el mismo período de 2014, ya llevaban 177.

Por otra parte, los centros de convalecencia, han registrado menos derivaciones de los Hospitales de agudos respecto a 2014 (73 frente a 91). Se trata de un 19,7% menos que en el anterior período. Estos centros, situados en Calahorra (Rioja Baja), en Logroño y en Haro (Rioja Alta) están orientados a la prestación de cuidados de enfermos crónicos y de personas mayores enfermas u otras personas que, independientemente de su edad, precisan de la atención de servicios sanitarios y sociales, una vez superada la fase aguda.