La consejera ha visitado este recurso sanitario clave para mejorar el pronóstico de los pacientes afectados por esta enfermedad y reducir sus secuelas



La consejera de Salud, María Martín, ha recorrido hoy las instalaciones de la Unidad de Ictus del Hospital San Pedro y hablado con los profesionales que trabajan en ella cuando se cumple un año de su puesta en marcha.

La consejera ha resaltado que “se trata de un recurso necesario y fundamental en la atención a este tipo de pacientes ya que el pronóstico de un paciente con ictus depende en gran medida de la inmediatez con la que sea atendido”, y a la vez que ha indicado la confianza y valoración que en ese sentido hacen de la unidad tanto los enfermos como sus familias.

“El contar con una atención específica reduce la mortalidad, la estancia media en el centro y las complicaciones intrahospitalarias, al tiempo que aumenta muy significativamente las posibilidades de recuperación del paciente y reduce las secuelas del ictus”, ha dicho.

María Martín, que ha estado acompañada por el director del Área de Salud, Juan Ramón Rábade, y la jefa de sección de Neurología, María Eugenia Marzo, ha subrayado la destacada actividad que ha registrado este recurso sanitario, ubicado en la planta de Neurología, por el que han pasado ya más de 400 pacientes, en su mayoría riojanos pero también de otras comunidades limítrofes.

La consejera ha explicado que la puesta en marcha de la Unidad implicó una adecuación de los sistemas de organización asistencial y de la dotación del hospital, por lo que ha resaltado el magnífico trabajo realizado no solo por los profesionales del centro que trabajan en la Unidad sino por todos aquellos implicados en el proceso de atención a este tipo de pacientes desde el momento en el que se activa la primera alarma.  

En total, desde su puesta en marcha en julio de 2014, la Unidad de Ictus ha atendido 419 ingresos, la mayoría de ellos de carácter isquémico (92%). De ellos, 413 pacientes siguieron en el propio hospital el tratamiento indicado, mientras que seis fueron derivados a otra comunidad para recibir tratamiento endovascular (3 en Navarra y 3 en País Vasco).     La mayoría de los pacientes atendidos viven en Logroño o en localidades limítrofes (56%); mientras que procedentes de La Rioja Baja y Alta, representan el 20 y el 19 por ciento respectivamente. El 5% restante provienen de otras comunidades autónomas.

La Unidad dispone de 4 habitaciones dotadas con un monitor que registra continuamente las constantes vitales -frecuencia cardiaca, presión arterial, temperatura, oxigenación de la sangre-, así como de cámara de vídeo que enfoca en todo momento al paciente. El monitor y la imagen de vídeo están conectados a una central de observación otra sala. La unidad también cuenta con un laboratorio de sonología y una sala para educación a pacientes y familias.

En ella ingresan los pacientes que presentan un ictus isquémico o hemorrágico agudo (menos de 48 horas de evolución), sin límite de edad. No tienen indicación de ingreso en dicha unidad y se tratan en la planta de neurología los pacientes que tienen daño cerebral irreversible o que previamente presentan una enfermedad muy grave o mortal o dependencia severa.

Mejor tratamiento


Las unidades de ictus se consideran el mejor tratamiento del ictus, ya que de ellas se pueden beneficiar casi el 100% de los pacientes que han sufrido un ictus agudo, una enfermedad causada por un trastorno circulatorio cerebral que ocasiona una alteración transitoria o definitiva del funcionamiento de una o varias partes del encéfalo. En función de su naturaleza, se divide en isquemia cerebral y hemorragia cerebral. Sus síntomas más característicos son torpeza o debilidad en las extremidades, desviación de la cara, alteración del habla, alteración del equilibrio y/o disminución del nivel de conciencia.

El ictus constituye la segunda causa de muerte y la primera de dependencia en España y ocasiona más de una cuarta parte de las muertes documentadas a nivel mundial.  Es una patología cerebral compleja que precisa de una atención neurológica especializada y precoz para poder optimizar las opciones terapéuticas que existen en la actualidad.

La rehabilitación del paciente comienza durante el ingreso hospitalario y el médico rehabilitador, junto con el neurólogo, valoran las condiciones del mismo para iniciar el tratamiento que debe llevar a cabo el fisioterapeuta. La rehabilitación prosigue en el ámbito ambulatorio (en el Carpa si precisa también logopedia) cuando el paciente recibe el alta hospitalaria. El tratamiento dura entre 3 y 6 meses, dependiendo de la edad del paciente y de la severidad de la lesión inicial, ya que el tope de la mejoría funcional se alcanza a los 6 meses.


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Fotografías: Eduardo Bastida