Atendidos 837 pacientes en la Unidad de Ictus del Hospital San Pedro cuando se cumplen dos años de funcionamiento.

Atendidos 837 pacientes en la Unidad de Ictus del Hospital San Pedro cuando se cumplen dos años de funcionamiento

Una investigación clínica llevada a cabo por la sección de Neurología del Hospital San Pedro pone en valor la Unidad de Ictus, cuando se cumplen dos años de funcionamiento, y se confirma como un recurso sanitario clave que mejora el pronóstico de los pacientes afectados por esta enfermedad y reduce sus secuelas.

En el estudio clínico de Neurología se han comparado dos grupos de 150 pacientes cada uno: los primeros fueron tratados por ictus agudo en la planta convencional de Neurología (año 2013) y los segundos en la Unidad de Ictus (2015). Los resultados mostraron que hubo una mejoría en todos los parámetros que se midieron, destacando la reducción de la mortalidad en los primeros días tras haber sufrido el accidente cerebrovascular en un 66,7 % y una mejoría significativa en la recuperación para las actividades diarias a los 3 meses. También se objetivó un incremento del número de tratamiento fibrinolíticos aplicados. Conclusiones: La implantación de la Unidad de Ictus ha mejorado la calidad de la atención, la celeridad de tratamiento y el pronóstico del paciente con ictus en La Rioja.

La puesta en marcha de la Unidad implicó una adecuación de los sistemas de organización asistencial y de la dotación del hospital. La consejera ha resaltado que “se trata de un dispositivo necesario y fundamental en la atención a este tipo de pacientes ya que el pronóstico de un paciente con ictus depende en gran medida de la inmediatez con la que sea atendido, aumentando muy significativamente las posibilidades de recuperación del paciente y reduciendo las secuelas del ictus”.

María Martín ha mantenido una reunión con el director de Atención Especializada, José Miguel Acítores y con la jefa de sección de Neurología, María Eugenia Marzo, en la que se ha dado repaso a los indicadores del estudio clínico y en donde se ha puesto de manifiesto la prioridad de esta patología, destacada como una línea estratégica en el III Plan de Salud de La Rioja.

Por la Unidad de Ictus, ubicada en la planta de Neurología, ya han pasado 837 pacientes, desde su puesta en marcha en julio de 2014, en su mayoría riojanos pero también pacientes de otras comunidades limítrofes. La mayoría de los ingresos (un 92%) han sido de tipo isquémico (obstrucción de vaso sanguíneo). De ellos, 826 pacientes siguieron en el propio hospital el tratamiento indicado, mientras que once fueron derivados a otra comunidad para recibir tratamiento endovascular (en Navarra). La mayoría de los pacientes atendidos viven en Logroño o en localidades limítrofes (56%); mientras que procedentes de La Rioja Baja y Alta, representan el 20% y el 19 % respectivamente. El 5% restante provienen de otras comunidades autónomas.

La Unidad dispone de 4 habitaciones dotadas con un monitor que registra continuamente las constantes vitales -frecuencia cardiaca, presión arterial, temperatura, oxigenación de la sangre-, así como de cámara de vídeo que enfoca en todo momento al paciente. El monitor y la imagen de vídeo están conectados a una central de observación otra sala. La unidad también cuenta con un laboratorio de sonología y una sala para educación a pacientes y familias.

En ella ingresan pacientes que presentan un ictus isquémico o hemorrágico (menos de 48 horas de evolución), sin límite de edad. No tienen indicación de ingreso en dicha unidad y se tratan en la planta de neurología los pacientes con daño cerebral irreversible o que previamente presentan una enfermedad muy grave o mortal o dependencia severa.

Mejor tratamiento
Las unidades de ictus se consideran el mejor tratamiento del ictus, ya que de ellas se pueden beneficiar casi el 100% de los pacientes que han sufrido un ictus agudo, una enfermedad causada por un trastorno circulatorio cerebral que ocasiona una alteración transitoria o definitiva del funcionamiento de una o varias partes del encéfalo. En función de su naturaleza, se divide en isquemia cerebral y hemorragia cerebral. Sus síntomas más característicos son torpeza o debilidad en las extremidades, desviación de la cara, alteración del habla, alteración del equilibrio y/o disminución del nivel de conciencia.

El ictus constituye la segunda causa de muerte y la primera de dependencia en España y ocasiona más de una cuarta parte de las muertes documentadas a nivel mundial. Es una patología cerebral compleja que precisa de una atención neurológica especializada y precoz para poder optimizar las opciones terapéuticas que existen en la actualidad.

La rehabilitación del paciente comienza durante el ingreso hospitalario y el médico rehabilitador, junto con el neurólogo, valoran las condiciones del mismo para iniciar el tratamiento que debe llevar a cabo el fisioterapeuta. La rehabilitación prosigue en el ámbito ambulatorio (en el Carpa si precisa también logopedia) cuando el paciente recibe el alta hospitalaria. El tratamiento dura entre 3 y 6 meses, dependiendo de la edad del paciente y de la severidad de la lesión inicial, ya que el tope de la mejoría funcional se alcanza a los 6 meses.

Enfermedad cerebrovascular
La enfermedad cerebrovascular es la segunda causa de muerte en la población española, la primera en mujeres. No solo por su mortalidad es importante, también tiene una morbilidad nada desdeñable, siendo la primera causa de discapacidad en el adulto y la segunda causa de demencia.

Sin embargo, el ictus se puede prevenir y tratar de manera eficaz. La aplicación de medidas preventivas, como el control de ciertos factores de riesgo vascular, disminuye de forma drástica la incidencia de ictus y una vez que se ha diagnosticado esta enfermedad, un tratamiento adecuado y precoz mejora significativamente la evolución de los pacientes, ya que reduce la mortalidad y la probabilidad de dependencia.

Son numerosos los factores de riesgo (FR) que se han relacionado con el ictus, los más importantes son la edad y el sexo, entre los no modificables, y la hipertensión arterial (HTA), el tabaquismo, la diabetes mellitus (DM), el consumo de alcohol, las dislipemias, la obesidad y la presencia de cardiopatías embolígenas, entre los que podemos actuar y modificar. La carga de enfermedad que un FR genera en la población depende de su prevalencia, de la intensidad de la asociación de dicho factor con la enfermedad y de su valor predictivo. Los FR son los responsables de una parte muy importante de los ictus en la población.

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Fotografías: Eduardo Bastida