Durante los cuatro primeros meses de funcionamiento del Servicio Extendido de Medicina Intensiva (SEMI), se han revisado un total de 494 pacientes con código rojo (una media de 6.5 al día) y se han lanzado 18 alertas por haber detectado pacientes en riesgo de deterioro clínico a sus médicos responsables, ofreciendo colaboración en el manejo de estos pacientes. De estos 18 pacientes, en ocho de ellos se gestionó el ingreso en UMI de manera precoz. 

La acogida de la SEMI por el resto de servicios hospitalarios ha sido muy buena, según señala el jefe de la Unidad de Medicina Intensiva, Adolfo Calvo, “estableciendo un medio de colaboración para la mejor atención del paciente”.

Se han realizado un total de 17 técnicas solicitadas por la planta (colocación de catéter venoso central, sedación, cardioversiones eléctricas y pericardiocentesis) y se han respondido a 108 avisos (más de uno al día) de la planta. Se han gestionado un total de 131 ingresos durante este periodo.

Por otra parte, se ha realizado el seguimiento de 17 pacientes tras el alta de UMI a las plantas de hospitalización, sin haberse producido ningún reingreso.

Entre las labores del SEMI también se incluye la revaloración de los pacientes a los que se solicitó valoración por UMI durante el periodo de guardia y que no se cursó ingreso en UMI en ese momento. Estos pacientes fueron seguidos al día siguiente, valorando de manera precoz la respuesta a las medidas adoptas y poder detectar un deterioro clínico para su ingreso en UMI. El total de pacientes seguidos fue de 16 y en 2 de ellos se decidió ingreso en UMI de manera precoz tras la revaloración.

La experiencia por parte del Servicio de Medicina Intensiva, con la implicación del Dr. Enrique Chicote en el control del SEMI, se considera muy positiva: han disminuido los tiempos de respuesta ante los avisos; ha permitido evitar ingresos en UMI y se ha realizado una mejor gestión de las camas de UMI tanto para ingresos programados como para urgentes.