En los próximos días dará comienzo la fase experimental del proyecto de biomonitorización humana en La Rioja, cuyo objetivo es evaluar la exposición a los metales pesados cadmio, plomo, arsénico y mercurio en sangre. Este proyecto, impulsado desde la Consejería de Salud a través del Servicio de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental, se ha diseñado como un estudio piloto en el que la muestra de participantes está formada por personas de edades comprendidas entre los 18 y 65 años de nuestra comunidad autónoma, que de forma voluntaria deseen participar.

Pero ¿qué es la exactamente la biomonitorización humana? El Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente define la biomonitorización humana (BMH) como la medida de la “exposición interna” a contaminantes en el ser humano, mediante el análisis de su concentración, o la de sus metabolitos, en cualquiera de sus matrices biológicas (sangre, orina, pelo, etc.). Estos contaminantes son sustancias químicas procedentes de diferentes fuentes: ambiental, alimentaria, cosmética u otras.

Tradicionalmente, la exposición a sustancias se ha estado evaluando a través de sus fuentes, de “forma externa”, y aunque este cálculo permite estimar los niveles de contaminantes a los que podría estar expuesta la población, lleva asociado una gran incertidumbre. Por ello, cada vez tiene más relevancia la utilización de la biomonitorización, perfilándose como una herramienta de gran utilidad en salud pública, al constituir un sistema de vigilancia que permita conocer el grado de exposición de la población a distintos tipos de contaminantes: metales pesados, plaguicidas, microplásticos.

La BMH permite estudiar tendencias temporales y geográficas en la exposición de la población, identificar y eliminar posibles fuentes de exposición, estudiar la relación causa-efecto entre los contaminantes y la salud, identificar grupos de población más vulnerables… En definitiva, permite definir prioridades de investigación y comprobar la efectividad de las políticas de reducción de la exposición de la población a contaminantes y productos de consumo.

En la actualidad los programas de BMH han experimentado un gran impulso. En España, el Centro Nacional de Sanidad Ambiental (CNSA) del Instituto de Salud Carlos III, participa en la iniciativa europea HBM4EU, Human Biomonitoring for Europe. En este proyecto trabajan cerca de 30 países de la Unión, junto con la Agencia Europea del Medio Ambiente y la Comisión Europea. Su objetivo es coordinar y promover la biovigilancia humana en el marco de la Unión Europa, así como obtener bases de datos de la exposición real de la ciudadanía a las sustancias químicas y de los posibles efectos en la salud, para poder ofrecer un marco para la elaboración de políticas y toma de decisiones fundamentadas.

Desde la Consejería de Salud, a través del Servicio de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental, y siguiendo las directrices del CNSA, nodo de la biomonitorización en España y punto de coordinación con Europa y las comunidades autónomas, se pretende impulsar la BMH en la comunidad de La Rioja, incorporándose en dicha red y participando de los futuros proyectos que se emprendan a nivel nacional o europeo.