Hay muchos trabajadores que cada jornada permanece en sus puestos de trabajo hasta ocho horas o incluso más, lo que representa aproximadamente un tercio del día.

Además, el entorno laboral les ‘obliga’ muchas veces a permanecer demasiado tiempo sentado frente a una pantalla de ordenador, a realizar esfuerzos físicos y psicosociales, a soportar elevados niveles de estrés o a comer fuera de casa con asiduidad… Aunque a priori ninguno de estos factores suponen una alternativa saludable, lo cierto es que si queremos está en nuestra mano modificarlos para intentar convertir nuestro lugar de trabajo en un espacio adecuado para la salud y el bienestar.

Dice la OMS que la riqueza de las empresas depende de la salud de sus trabajadores: “salud, la seguridad y bienestar son de fundamental importancia para los trabajadores y también para la productividad, la competitividad y la sostenibilidad de las empresas”. Por ello se considera básico impulsar una serie de medidas, servicios y recomendaciones, entre empleados y responsables, donde los riesgos físicos y psicosociales para la salud se minimicen y las políticas e instalaciones favorezcan la adopción de hábitos saludables. Además, está comprobado que la mejora en el bienestar físico y emocional de los trabajadores se traduce en una reducción del absentismo, de las incapacidades temporales y de los accidentes laborales, además de mejorar el clima de trabajo y aumentar la capacidad de concentración y reacción, entre otros.

Los parámetros que se deben tener en cuenta a la hora de valorar si un entorno laboral es saludable se dividen en cuatro grandes bloques: el ambiente físico (lugar, instalaciones, maquinaria y entorno en el que se desarrolla la actividad profesional); el ambiente psicosocial (la organización del trabajo, la cultura institucional, las actitudes, los valores, las creencias y las prácticas que se realizan diariamente en la empresa); los recursos que emplea la empresa en la salud de los trabajadores (instalaciones, programas dirigidos a mejorar la salud como programas para dejar de fumar, fomentar una alimentación saludable…); y, por último, la participación de la empresa en la comunidad (recursos y apoyo de la empresa al entorno que le rodea).

Los cambios para mejorar el entorno laboral pueden comenzar con pequeñas y sencillas modificaciones que en gran parte dependen de manera individual de cada uno de nosotros y de nuestros compañeros. Carmen Arcéiz, jefa del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Riojano de Salud, señala una serie de pautas relacionadas con el ámbito de la seguridad, el sedentarismo, el clima laboral o la relación con los compañeros y responsables de la empresa u organismo, que se pueden mantener a lo largo de todo el año para hacer del trabajo un lugar más agradable que ayude a fortalecer nuestra salud:

  1. En los trabajos en los que se utiliza maquinaria o material específico (construcción, industria, sanidad…) es importante NO trasgredir las normas para evitar siniestros o accidentes y utilizar correctamente los equipos de seguridad y protección recomendados.
  2. En los trabajos de oficina, en los que se permanece mucho tiempo sentado y delante del ordenador, hay que tratar de evitar el sedentarismo realizando pausas a lo largo de la jornada laboral. Lo más recomendable es levantarse cada dos horas como mínimo para hacer pequeños estiramientos y evitar así los habituales dolores de espalda. También es muy importante mantener una correcta disposición del mobiliario de oficina y del equipo informático (pantalla, teclado y ratón) para trabajar con comodidad y evitar posturas incorrectas. Se recomienda tener la pantalla a un metro de distancia de los ojos y centrada en altura para evitar las flexiones de cuello al elevar o agachar la cabeza, así como iluminar bien el lugar para evitar brillos
    Para mantener una postura ergonómica es necesario disponer de una silla adecuada con la espalda recta y los brazos sobre la mesa en ángulo recto de 90 grados, tener los pies apoyados en el suelo o un reposapiés y utilizar reposabrazos si es necesario para no cargar los hombros. No obstante lo mejor para combatir la fatiga postural, visual y mental es la alternancia de tareas.
  3. En cualquier tipo de trabajo es fundamental dormir las horas suficientes para tener un descanso reparador que nos permita mantener la atención, lo que disminuye los accidentes y tener energía para favorecer el rendimiento y la creatividad.
  4. Seguir una alimentación saludable con cinco comidas al día fraccionadas en el tiempo (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) y beber líquidos (recomendable 6 vasos de agua al día).
  5. Prestar atención a los riesgos psicosociales que se dan en el entorno laboral que afectan al desarrollo del trabajo y a la salud física, psíquica y social. Para crear un clima de trabajo agradable y evitar ciertas conductas o actitudes inadecuadas es importante mantener siempre la educación y practicar la cultura del respeto en la relación con los jefes, entre compañeros y con clientes, pacientes o usuarios. De esta manera se evitarán los conflictos, discusiones o incluso las intolerables agresiones que ocasionalmente sufren algunos colectivos (sanitarios, profesores, empleados…) cuando se dan unas condiciones psicosociales adversas.

Además de estas pautas generales existen algunas recomendaciones dirigidas a afrontar la vuelta al trabajo, tras un periodo vacacional, en óptimas condiciones para nuestra seguridad y nuestra salud. Entre los principales síntomas de este efecto, conocido como síndrome postvacacional, destacan la ansiedad, el malestar general, la falta de concentración y el descenso del rendimiento. Tal y como señala Guillermo Romo, técnico del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Riojano de Salud, este síndrome está en el origen de muchos errores humanos, despistes o pérdidas en la percepción del riesgo. Para evitar accidentes laborales o situaciones que pongan en peligro nuestra salud, es recomendable seguir estas sencillas pautas:

  • Descansar bien y mantener la atención al volante para evitar accidentes in-itinere. La fatiga física o mental y la falta de concentración son causas directas en los accidentes de tráfico al ir o volver del trabajo.
  • Volver al trabajo a un ritmo gradual. Lo más adecuado es planificarse y realizar un regreso paulatino a las rutinas diarias del trabajo para volver a acostumbrar a la mente y al cuerpo. Si es posible comienza con las tareas más sencillas y de rápida resolución y reincorpórate al trabajo en un día que no sea lunes, esto hará que el aterrizaje a la rutina sea más suave.
  • Acordarse de utilizar correctamente los dispositivos de seguridad y protección propios de nuestro trabajo para evitar cualquier despiste que cree consecuencias fatales.
  • Relacionarse con los compañeros y compartir con ellos nuestras experiencias vividas durante las vacaciones. Esto hará muchísimo más fácil la transición de los primeros días.
  • Seguir una alimentación equilibrada con una dieta variada y equilibrada. Una alimentación monótona, repetitiva o carente de algún alimento indispensable para nuestro cuerpo puede dar lugar a la aparición de determinados síntomas, tanto físicos (cansancio excesivo, falta de reflejos…) como psíquicos (falta de interés por las cosas, dificultad para conciliar el sueño, apatía, cambios bruscos de humor, irritabilidad…).
  • Hacer ejercicio físico (correr, montar en bicicleta, nadar, pasear…) durante 30 minutos al día es una de las mejores maneras de rebajar los niveles de ansiedad.
  • Descansar bien. El tiempo de sueño adecuado es de 8 horas, menos de 6 horas se traduce en irritabilidad y disminución del rendimiento.

Además, si usted ejerce un puesto de mando o responsabilidad, es recomendable que converse con sus empleados acerca de su periodo de descanso, interesándose por lo que han hecho y los lugares que han visitado. La comunicación cercana y fluida entre jefes y compañeros genera un clima laboral agradable y hace más llevadero el aterrizaje al trabajo. No exija demasiado desde el primer día, tenga en cuenta que el rendimiento de los trabajadores irá creciendo de forma gradual y ajuste a ese ritmo sus exigencias.