Ver moscas y cuerpos volantes es molesto, pero inofensivo para la visión

El síndrome del ojo seco es la afección ocular más común y el principal motivo de consulta al oftalmólogo. En la actualidad afecta a un 20% de la población, cifras que se disparan hasta un 75% en el grupo de personas mayores de 65 años. Por otra parte, es muy común en mujeres de entre 40 y 50 años.

Con la edad, a partir de los 30 años, el ojo produce menos lágrima debido a diversos factores:

  • La edad. Con el envejecimiento las células que generan lágrima de manera constante se atrofian.
  • Los factores ambientales como la exposición al aire acondicionado, la calefacción, la contaminación...
  • El excesivo uso de pantallas digitales o los procesos de lectura prolongada reducen el parpadeo por lo que la lágrima no se distribuye correctamente.
  • La toma de medicamentos como antihipertensivos, ansiolíticos o antialérgicos.

Los síntomas más habituales de la sequedad ocular son la irritación, el escozor y el enrojecimiento de los ojos, la sensación de arenilla en la superficie ocular y la de fatiga o pesadez en los párpados.
La mayoría de los casos pueden resolverse con una consulta al médico de atención primaria; pero en otros es necesario acudir a la consulta de oftalmología.

El principal tratamiento para solucionar la sequedad ocular es el empleo de lágrimas artificiales, aunque existen una gran variedad de opciones para tratar el caso de cada paciente individualmente.

Moscas volantes

Otra de las consultas más frecuentes en las visitas al especialista en oftalmología es la visión de 'moscas volantes o cuerpos flotantes' (puntos, sombras, hilos, moscas, telas u otras formas) que se desplazan por el campo visual. 

Generalmente esta molestia es considerada de poca importancia y se corresponde con el proceso natural de envejecimiento, aunque es más frecuente en personas operadas de cataratas.

En la actualidad no existe ningún tratamiento médico efectivo para eliminar las moscas volantes en los ojos y en la mayoría de los casos son consideradas como una circunstancia normal que no compromete la visión. Es frecuente que inicialmente el paciente se sienta muy angustiado por este síntoma que, por otra parte, aparece y desaparece en función de la iluminación de fondo y se suele incrementar debido a la fatiga y el estado de estrés o ansiedad de la persona afecta. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la gran mayoría de las personas se adapta sin dificultad a la visión de estas pequeñas sombras móviles.

La principal recomendación es aprender a convivir con los cuerpos flotantes, utilizando sencillos trucos: no “perseguir” las “manchas” con la mirada, ni tratar de enfocarlas y evitar fijar la mirada en superficies muy claras desviándola temporalmente a lugares con matices y varios tonos de color.