El acelerado ritmo de vida, el sobrepeso, una dieta inadecuada, el colesterol o la tensión arterial excesivamente altos, el sedentarismo, y también los factores genéticos, pueden convertirse en factores de riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

Muchos esperan a tener un susto para empezar a cuidarse; sin embargo, lo sensato es poner remedio antes. La prevención es fundamental porque no sólo mejora nuestra calidad de vida, sino que también puede evitar enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte y discapacidad a partir de edades medianas en los países desarrollados. Cardiólogos y entidades como la Fundación Española del Corazón insisten en que sigamos sencillas pautas que mejoran considerablemente la salud y evitan riesgos mayores, pautas que podemos conocer pero que no está de más recordar.

Reglas esenciales para evitar enfermedades cardiovasculares y mejorar tu calidad de vida:

  1. Siga una alimentación variada y equilibrada en la que predominen frutas, verduras, hortalizas, pescado, carne magra, aceite de oliva, cereales y lácteos desnatados. Y reduzca o evite la sal, los azúcares y el alcohol.
  2. Practique ejercicio cada día adaptándolo a su condición física. Lo más recomendable es hacer ejercicio diariamente, como una rutina incluida en el quehacer del día a día y siempre adaptado a la condición y edad de cada persona. No hay que olvidar que el sedentarismo contribuye a acentuar los efectos de otros factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión o el colesterol, y que practicar 30 minutos de ejercicio moderado cinco días a la semana reduce significativamente el riesgo de padecer diabetes, tener un infarto o sufrir un ictus.
  3. No fumar. Está comprobado que el tabaco multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales. El tabaquismo es uno de los factores de riesgo más importantes sobre el que podemos actuar. Aunque la decisión de dejar de fumar debe tomarla uno mismo, en el proceso de desintoxicación de la nicotina lo más recomendable es contar con el apoyo de nuestro entorno y de nuestro médico. Lo normal es que aparezcan síntomas como irritabilidad, hambre, dolor de cabeza, sueño o insomnio. Ayuda tener siempre a mano agua, fruta fresca o chicles sin azúcar para calmar la ansiedad. Si considera que por sí sólo no es capaz de dejar de fumar puede buscar ayuda en los Programas de Apoyo de la Comunidad Autónoma
  4. Evitar el sobrepeso. La obesidad y el sobrepeso, que suelen estar relacionados con la vida sedentaria y con índices altos de colesterol, son otros de los factores sobre los que podemos intervenir. Controlar el peso previene además otras enfermedades como la diabetes. Para estar en el peso más adecuado a nuestra estatura y corpulencia se recomienda: evitar las calorías denominadas ‘negras’ (fritos, rebozados, tempuras, salsas, dulces, bollería o bebidas con azúcares, entre otros). Controlar el consumo de grasas ‘sanas’ como el aceite de oliva ya que, aunque sean buenas, aportan muchas calorías. Realizar un mínimo de cinco comidas al día y no saltarse ninguna. Procurar que las comidas sean menos copiosas (reduciendo la ración un 25% se han demostrado muy buenos resultados). Combinar la dieta con el ejercicio para perder peso, pero no masa muscular.
  5. Vigilar la grasa acumulada en el abdomen porque es peligrosa para el corazón. Para ello una medida muy sencilla es medir el perímetro abdominal a nivel del ombligo. En la mujer debe estar por debajo de 88 centímetros y en los hombres por debajo de 102 centímetros.
  6. Controlar la tensión arterial. En las personas sanas la tensión debe estar por debajo de 140/90 mmHg. Si se es hipertenso también debe mantenerse por debajo de estas cifras. Si ya se ha sufrido un problema cardiovascular, cerebrovascular, renal o se es diabético, la tensión debe situarse por debajo de 130/80 mmHg y seguir controles continuos. Podemos controlarla disminuyendo el consumo de sal, evitando precocinados y embutidos, aumentando el consumo de frutas, verduras y hortalizas, disminuyendo el de alcohol y cafeína, diciendo NO al tabaco, practicando ejercicio regularmente y evitando la obesidad. Si con estas medidas no consigue mantener la tensión arterial en sus índices adecuados, acuda al médico por si necesita tratamiento farmacológico.
  7. Revisa tu colesterol y glucosa. Para ello lo mejor es seguir una dieta sana y practicar ejercicio. El colesterol en ayunas no debe superar 190 mg/dl y la glucosa 110 mg/dl de glucosa. Los niveles inadecuados de colesterol nos avisan de que algo no va bien. Lo más eficaz para mantenerlo en su sitio es disminuir el consumo de grasas saturadas en la dieta, presentes normalmente en los alimentos de origen animal (leche, lácteos, carne, pescado, embutido y huevos) debido a su alto índice calórico y alto contenido en colesterol y en ácidos grasos saturados. Conviene también evitar los ácidos trans presentes en comidas rápidas y en las margarinas.
  8. Controla tu estrés y ansiedad.El aumento de la tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable. ¡Relájese!