Junto al doctor Miguel Ángel Ortega analizamos las dificultades para dormir y la necesidad de tener un buen descanso 

¿Quién no ha tenido alguna vez dificultades para dormir o se ha despertado en más de una ocasión en medio de la noche y se ha desvelado? ¿Quién no ha notado a lo largo de este último año que esas alteraciones se han producido con mayor frecuencia? ¿Se trata de algo temporal o puede llegar a ser crónico? ¿Estamos ante un problema puntual de insomnio debido a la situación que atravesamos, tiene que ver con la edad o se trata de un aviso de que hay alguna otra patología detrás?

Un buen descanso y un sueño reparador son cruciales para poder mantener nuestro ritmo habitual puesto que los trastornos del sueño pueden alterar nuestro día a día. De la mano del doctor Miguel Ángel Ortega, jefe de Psiquiatría del Hospital San Pedro, nos acercamos a un problema que se repite ahora más que nunca al tratarse de una consecuencia más de la situación anómala de confinamiento y restricciones que estamos atravesando.

Según explica el doctor Ortega una cosa es la patología del insomnio, enfermedad que conlleva alteraciones físicas y psíquicas, y otra bien diferente es esa situación temporal en la que una persona duerme mal durante unos días de una forma pasajera. "El insomnio como patología es menos frecuente de lo que nos pensamos, sin embargo, las dificultades puntuales para conciliar el sueño son más frecuentes". 

Las situaciones estresantes como la de la actual pandemia, o los problemas ya sean de índole personal o profesional, dificultan nuestra vida y también nuestro sueño.  "Es normal llevarse a la cama las tensiones e inevitable que todo ello nos ocasione problemas a la hora de dormir”, contextualiza el doctor Ortega, quien deja muy clara la diferencia con “la patología del insomnio que no es tan frecuente como los problemas para dormir que hay en el mundo”.

El insomnio se considera una patología “cuando está ocasionando una serie de alteraciones a la persona”, subraya el doctor Ortega. Para llegar al diagnóstico de que una persona es insomne es imprescindible “realizar una historia clínica completa, conocer el patrón de ritmo de sueño que tiene esa persona, ver si el paciente tiene dificultades para conciliar el sueño o si por el contrario lo concilia bien a la hora de irse a dormir pero se despierta continuamente por la noche; o incluso analizar si esa persona no logra volver a dormirse cuando se despierta a media noche". 

Debemos tener claro que el análisis clínico es imprescindible a la hora de enfrentarnos a un problema de sueño porque en muchas ocasiones este problema puede estar relacionado con enfermedades físicas como el síndrome de apnea del sueño o la narcolepsia, o con enfermedades de tipo psiquiátrico como los trastornos de ansiedad o las depresiones. "Este análisis clínico se debe completar consultando también a los familiares con los que convive el afectado porque nos podemos encontrar casos de pacientes que tienen una sensación subjetiva de descansar mal y, sin embargo, que eso no sea así; y también nos podemos encontrar con pacientes que sufren alteraciones durante el sueño como mioclonías nocturnas, crisis epilépticas o incluso sonambulismo y eso es importante saberlo”, añade el jefe de Psiquiatría del Hospital San Pedro. En la exploración clínica es importante también ahondar en los hábitos de la persona, “saber si consume drogas, alcohol, estimulantes, cafeína, nicotina... ya que todas esas sustancias pueden generar problemas de sueño”. 

Tenemos asimilado que necesitamos dormir una media de 7 u 8 horas al día, y aunque esa máxima es en general recomendable no hay que olvidar que cada persona necesita su número determinado de horas.  "Hay gente que necesita dormir más y otros que con cinco horas tienen suficiente. Siempre he considerado que a una persona que tiene dificultades con el sueño lo primero que hay que preguntarle es si esa situación le está afectando en su vida”, matiza el doctor Ortega. “Hay que ver si una persona está perfectamente después de haber dormido cinco horas o, si por el contrario, ese número de horas de sueño le afecta emocional o físicamente”.

La valoración por parte de un especialista es básica a la hora de afrontar un problema de conciliación de sueño, ya sea para hacer frente a un problema de insomnio o para descartar otras patologías. El doctor Ortega advierte del riesgo de tomar fármacos que ayuden a dormir sin prescripción médica. “Solemos ir a lo más cómodo y fácil y si uno duerme mal y está cansado de dormir mal, se toma un inductor del sueño -cuyo consumo es frecuente- y duerme algo mejor durante un tiempo”, explica Ortega, quien advierte que ese consumo “apenas mejora el ritmo de sueño acaba generando dependencia a ese tipo de fármacos”. “Nosotros, antes de prescribir fármacos, valoramos cómo es ese ritmo del sueño, estudiamos la historia del paciente y determinamos qué puede haber detrás”.

Cuando alguien tiene problemas para dormir y esa situación le está generando consecuencias en su día a día es aconsejable adoptar una serie de medidas de higiene del sueño. El especialista nos recomienda “seguir un horario regular, evitar el consumo de sustancias como la cafeína, el alcohol, los estimulantes, la nicotina o las comidas copiosas porque son sustancias que producen alteraciones, sobre todo, en el inicio del sueño. También nos recomienda hacer deporte pero “no antes de ir a dormir porque muchas veces el ejercicio a última hora del día puede producir dificultades a la hora de conciliar el sueño”.

Otra recomendación del especialista es “irse a la cama cuando realmente se tiene sueño” y, si uno se desvela por la noche lo recomendable es “levantarse antes de ponerse nervioso e intentar hacer alguna actividad que nos relaje, lo ideal es pensar en algo placentero”, resume.