El objetivo de la existencia de un botiquín casero en los hogares es disponer de los elementos necesarios para tratar pequeñas heridas, dolencias leves.

En ningún caso sustituye a una oficina de farmacia ni debe concebirse como un almacén de medicamentos.

Un botiquín puede servirnos como primera medida de actuación urgente, pero si los síntomas persisten, o la lesión en caso de accidente es grave, se debe recurrir a la ayuda de un profesional sanitario.

Se debe preparar el botiquín antes de que lo tenga que necesitar. Piense que sólo será útil si sabe lo que busca y lo encuentra fácilmente.

Dónde colocarlo

El espacio idóneo donde deben ser guardados los materiales del botiquín es siempre un lugar seco, fresco y preservado de la luz. Puede servirnos una caja o un armario. Además, es muy útil poner una etiqueta en la tapadera del botiquín, con teléfonos de emergencia como Centros de salud, ambulancias o el Instituto Nacional de Toxicología.

Es importante situarlo siempre  fuera del alcance de los niños. Es el modo más seguro de evitar la mayoría de accidentes de intoxicación por medicamentos en la población infantil.

La cocina y el baño suelen ser los lugares donde con más frecuencia se encuentra el conjunto de medicamentos y materiales de cura por la comodidad que le supone al usuario. Sin embargo, no son éstos los espacios recomendados, ya en ambos se producen variaciones de temperatura y concentraciones de humedad que pueden alterar la composición y caducidad de los medicamentos.

Criterios de elaboración

Cada familia posee sus propias tendencias a sufrir ciertos padecimientos (como pueden ser diarreas o cefaleas). Cada hogar debe sopesar las necesidades de su familia y reforzar su contenido según las dolencias predominantes.

A la hora de fabricarnos nuestro propio botiquín tendremos que tener en cuenta el lugar donde vivimos. Es distinto vivir en una ciudad, donde es fácil encontrar farmacias y médicos cercanos, o en un pueblo donde estos servicios se presentan de manera más limitada.

Como referencia detallamos a continuación los componentes principales del botiquín casero:

Material de cura

Ante una herida comenzar lavando la herida con agua y jabón, así se evitará que se infecte, y continuar con la aplicación de un antiséptico. Hoy en día se pueden encontrar en el mercado gran diversidad de antisépticos: povidona yodada, agua oxigenada, alcohol, mercurocromo o clorhexidina. Lo conveniente es realizar la desinfección con una gasa estéril o en su defecto con algodón hidrófilo.

En pequeñas heridas nos serán siempre de gran utilidad las tiritas y el algodón. Es conveniente disponer además de esparadrapo, vendas y gasa hidrófila estéril para las heridas o quemaduras de mayores dimensiones.

Instrumentos prácticos

El termómetro no debe faltar en ningún hogar, sobre todo si hay niños pequeños. Es importante también poseer unas pinzas de punta fina para la extracción de cuerpos extraños, que desinfectaremos antes de usarlas, unas tijeras reservadas exclusivamente para uso del botiquín y una jeringa desechable.

Medicamentos

Analgésicos

Es conveniente tener algún medicamento con paracetamol,  ácido acetilsalicílico, o ibuprofeno,   para tratar los trastornos dolorosos leves, los resfriados o la fiebre.

El paracetamol no tiene acción antiinflamatoria, pero es un excelente analgésico recomendado contra el dolor leve o moderado.

Este tipo de medicamentos pueden obtenerse sin receta médica, pero por ello no dejan de ser inocuos. Para cualquier consulta sobre su uso debe consultar a su médico o farmacéutico.

Medicamentos para el resfriado y gripe

El resfriado es la enfermedad más común que afecta a los españoles a lo largo del año. Por ello es conveniente incluir algunos productos como combinaciones antigripales que puedan ayudarnos a soportar sus síntomas de la forma más cómoda.

Otros medicamentos

Además el botiquín puede tener otros fármacos que pueden ser de ayuda como: 

  • Una crema de hidrocortisona (que se podrá utilizar en caso de quemaduras sin herida abierta o picaduras).
  • Preparados de amoníaco (para las picaduras de insectos).
  • Un antihistamínico oral (para reacciones alérgicas leves o para las picaduras de insectos).
  • Antiácidos (para los procesos digestivos de acidez o indigestión).
  • Sales de rehidratación en sobres para casos de diarrea.

¿Qué no debe contener?

Un botiquín no debería ser un almacén de restos de tratamientos anteriores, como antibióticos. Éstos deben emplearse sólo bajo prescripción médica para un paciente determinado y en una infección concreta, pero nunca conservarse “por si acaso” para automedicación.

Otros consejos respecto al botiquín casero

  • Hay que guardar cada medicamento en su envase original, con el prospecto, y anotar el nombre de quien lo toma para poder identificarlos correctamente.
  • No hay que guardar los medicamentos que sobran después de acabar un tratamiento prescrito por el médico.
  • Hay que llevarlos a la farmacia y depositarlos en los contenedores SIGRE para una eliminación correcta y respetuosa con el medio ambiente.
  • Hay que revisar el botiquín periódicamente (cada 6 o 12 meses),  retirar los medicamentos caducados y depositarlos en el punto SIGRE.
Etiquetas: