La coagulación de la sangre es un sistema biológico que tiene como objetivo mantener la sangre en estado líquido dentro de los vasos sanguíneos. Para su correcto funcionamiento es necesario que exista un adecuado equilibrio entre su activación y desactivación, dependiendo de este equilibrio el que las personas no presenten sangrados (hemorragias), o no se formen coágulos (trombos) en los vasos sanguíneos arteriales o venosos.
La enfermedad que cursa con formación de coágulos se llama Enfermedad tromboembólica y es muy frecuente en la población general. Su incidencia se incrementa con la edad y la coexistencia de los llamados factores de riesgo trombóticos, entre los más importantes para la formación de coágulos venosos: obesidad, traumatismos, cirugía, cáncer, gestación, anticonceptivos orales, insuficiencia venosa crónica etc. y para los coágulos arteriales: la hipertensión arterial, diabetes, dislipemias, hábito tabáquico y la insuficiencia vascular coronaria y de extremidades etc.
Las medidas que han mostrado ser más eficaces para disminuir su presencia son mantener una dieta cardiosaludable dieta equilibrada rica en fibra ( frutas, verduras, hortalizas, legumbres, pan, cereales, pastas y arroces preferentemente integrales), grasas poliinsaturadas (aceite oliva virgen, pescados todos especialmente los azules, carne roja y de aves especialmente pollo y pavo sin piel, leche y derivados descremados) y antioxidantes (1 vaso vino tinto en comida) y por el contrario baja en colesterol, grasas saturadas y calorías (alimentos precocinados, azúcar blanco, cerdo y derivados, cordero, mantequilla, bollería etc), realizar ejercicio físico diario, tener controlado el peso, abandonar hábitos perjudiciales como el tabaco, y junto a otros tratamientos prescritos, el tratamiento anticoagulante oral sólo o muy excepcionalmente asociado a antiagregantes como la aspirina etc.
El tratamiento anticoagulante oral, tradicionalmente conocido como sintrom (aunque hay otros como la warfarina) viene siendo pautado y controlado en las unidades de hematología de los hospitales. Se administra vía oral, en una sola toma diaria, a las dosis que aconsejan los controles que periódicamente cada paciente realiza según los niveles de INR.
El INR es el valor que se obtiene mediante el análisis de la sangre del paciente extraída por punción digital o venosa y que se utiliza para ajustar el tratamiento. Si bien el tratamiento anticoagulante oral convencional es un tratamiento eficaz en la reducción de la formación de trombos, puede presentar complicaciones (especialmente sangrados) e inconvenientes (tomarse a horas fijas, interacciones con la dieta y numerosos medicamentos, desestabilización frecuente con enfermedades y necesitar controles clínico-analíticos con consumo de tiempo y recursos personales, familiares y sociales).
Los pacientes bajo tratamiento anticoagulante oral convencional deben de comer de todo, de forma variada y equilibrada, restringiendo solamente aquellos alimentos que se les haya prohibido por otras causas. Existen alimentos ricos en vitamina K (especialmente las verduras de hoja verde como espinacas, col, lechuga, brócoli, repollo, endivias, acelgas etc.) que si bien no está justificada su prohibición si se recomienda se ingieran con regularidad, evitando cambios bruscos en la dieta así como iniciar dietas vegetarianas estrictas sin conocimiento del médico.
También es recomendable durante el tratamiento evitar preparados de herboristería y suplementos vitamínicos que contengan vitamina K, moderando la ingesta de bebidas alcohólicas (si vino y cerveza, no licores), ya que todos estos factores interfieren con el control del tratamiento.
En estos últimos años se está investigando con nuevos fármacos que siendo igual o más eficaces que los tradicionales fueran igual o más seguros, minimizando sus molestos inconvenientes. Los recientemente incorporados a la práctica clínica en nuestro país son el dabigatran y el rivaroxaban. Sin embargo las situaciones clínicas para las que hasta la fecha ha sido demostrada su utilidad no son las mismas para ambos.
En 2008 se introdujeron dabigatran y rivaroxaban para la prevención de la enfermedad tromboembólica venosa en intervenciones quirúrgicas ortopédicas de alto riesgo como la colocación de prótesis de rodilla y cadera. Se administran vía oral en las primeras horas de finalizada la cirugía, cuando el riesgo de sangrado ha sido controlado, en dosis única diaria y durante 2 (rodilla)a 5 (cadera) semanas, según tipo de intervención. Son ambos tratamientos eficaces y seguros siempre que se descarten alteraciones severas de la función del riñón y del hígado de manera previa. No es necesaria la administración de heparinas y no necesitan controles analíticos y de dosis durante su administración.
En 2011 se amplió el uso clínico de dabigatran para la prevención de la enfermedad tromboembólica en aquellos pacientes que presentan un tipo de arritmia conocida como arritmia completa por fibrilación auricular aislada, es decir no asociada a lesiones de las válvulas del corazón, y que presentaran en el estudio cardiológico alguno de los siguientes factores de riesgo: episodio de isquemia cerebral anterior tipo ictus o isquemia transitoria, signos de insuficiencia cardíaca, edad ≥75 años o edad ≥65 años y alguna de las siguientes circunstancias: diabetes, cardiopatía isquémica (angina de pecho o infarto) e hipertensión arterial.
Se toma por vía oral en dos tomas diarias, independientemente de la toma de alimentos y durante tiempo indefinido. Si bien dabigatran ha demostrado ser igual de eficaz que el tratamiento convencional en la disminución de la formación de trombos en el corazón y/o los vasos sanguíneos, para garantizar su seguridad se recomienda insistentemente tener en consideración de manera previa la función del riñón y del hígado, ciertas interacciones medicamentosas, antecedentes y situaciones de riesgo de hemorragia, la enfermedad ulcerosa gastrointestinal, el peso inferior a ≤50 kg y la edad ≥75 - 80 años.
Estas consideraciones previas son importantes porque a día de hoy no hay un antídoto que haya demostrado totalmente ser eficaz en casos de sobredosis. Sus principales ventajas son el que no interacciona con la dieta, no precisa controles analíticos para ajuste de dosis y es costo efectivo en tiempo y recursos personales, familiares y sociales aunque el coste por medicamento es mayor. Su tolerancia es buena siendo las molestias digestivas a nivel de estómago las más frecuentes.
Los pacientes aún a pesar de que estos tratamientos en circunstancias de normalidad no modifican los test de coagulación de la sangre, deben de conocer que los nuevos anticoagulantes orales también bloquean el mecanismo de la coagulación sanguínea y alertar a los médicos de su toma para poder valorar de manera correcta el riesgo de sangrado espontáneo y/o ante manipulaciones dentarias, intervenciones quirúrgicas o pruebas complementarias como la endoscopia etc. y suspenderlos a su debido tiempo.
En resumen, afortunadamente disponemos de nuevos anticoagulantes orales con utilidad demostrada para la prevención de la formación de coágulos ante intervenciones quirúrgicas de colocación de prótesis de rodilla y cadera y en el tratamiento de la arritmia completa por fibrilación auricular aislada. Son medicamentos eficaces y seguros si se respetan las indicaciones y precauciones de uso que ha establecido la experiencia clínica existente hasta la fecha.
Investigación clínica que continúa para ampliar su empleo a las restantes situaciones asociadas a trombosis en el corazón y/o vasos sanguíneos (trombosis venosa, embolia pulmonar, válvulas cardíacas lesionadas etc.) o descubrir nuevos medicamentos para su uso en personas. Así desde primeros de enero 2012 disponemos de un nuevo anticoagulante oral, el Apixaban, admitido para la prevención de la formación de trombos en las intervenciones quirúrgicas de colocación de prótesis de rodilla y cadera.