El alcohol, el tabaco y otras drogas están ahí, y de acuerdo con los datos disponibles, un importante número de adolescentes van a entrar en contacto con ellas. Es importante por ello que las familias dispongamos de la información y las herramientas necesarias para ayudar a nuestros hijos e hijas a mantenerse alejados de estas sustancias, y también de otras adicciones o hábitos dañinos.

A medida que nuestros niños y niñas se acercan a la adolescencia, las amistades ganan una gran influencia en sus vidas. Sentirse aceptados y formar parte del grupo es fundamental para ellos. Sin embargo, diversos estudios indican que, incluso en esta etapa, los padres y madres seguimos influyendo de forma importante en las decisiones y comportamientos de nuestros hijos.

Te invitamos a explorar esta guía y a utilizarla como un recurso valioso para prevenir y promover la salud de nuestros adolescentes, a través de recomendaciones afectivas y comunicativas, explorando conceptos e información sobre las sustancias más consumidas, identificando oportunidades y riesgos, así como herramientas y direcciones de interés.

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La adolescencia, una etapa de oportunidades y riesgos

La adolescencia, entendida como el periodo de crecimiento que se produce después de la niñez hasta la edad adulta (entre los 10 y 19 años), es también un período caracterizado por crecientes oportunidades, capacidades, aspiraciones, energía y creatividad, pero también por un alto grado de vulnerabilidad.

El deseo de experimentar cosas nuevas, la impulsividad, la intensidad emocional, entre otras, son manifestaciones de los cambios que se experimentan en esta etapa.

Los padres y madres deben estar cerca, escuchándoles, mostrándoles afecto, estímulo y apoyo

Promover la salud de nuestros adolescentes

Hable con sus hijas e hijos del alcohol, tabaco y otras drogas

  • Reflexione con ellos sobre la presión grupal.
  • Hable con ellos sobre los tópicos “Todo el mundo consume” o “Por probar una sola vez no pasa nada”.
  • Informe a sus hijos de los problemas de salud derivados del consumo de las distintas drogas.
  • Utilice fuentes de información fiables y acreditadas.

La importancia de nuestro ejemplo

Establezca normas y límites

  • Las normas que se establezcan deben ser razonables, claras, firmes (no pueden cambiarse constantemente) y adaptadas a las edades.
  • Establezca consecuencias claras ante el incumplimiento de las normas.
  • Las normas y criterios deben estar consensuados entre el padre y la madre, y se deben mantener, aunque a veces no coincidan con los de otros padres/madres.

Favorezca la toma de decisiones y su autonomía

  • Favorezca la toma de responsabilidades: tareas en casa, actividades escolares, organización del tiempo.
  • Enséñele a tomar decisiones. Valorando las ventajas e inconvenientes de cada opción, reflexionando sobre las consecuencias, y decidiendo de acuerdo a los valores y creencias de cada uno.
  • Reflexione con ellos sobre la importancia de no ser impulsivos.

Enséñales a identificar, comprender y regular sus emociones y sentimientos

  • Mejorar en nuestra propia gestión emocional puede resultar la mejor manera de enseñar.
  • Facilita la expresión de sus emociones y sentimientos (alegría, tristeza, miedo).
  • Tener empatía y asertividad. Ponte en su lugar, e intenta comprender sus emociones.
  • Expresarnos sin herir los sentimientos de los demás.

Transmita valores y favorezca la confianza y seguridad en sí mismos

  • Transmita valores: esfuerzo, constancia, justicia, igualdad, solidaridad, respeto…
  • Acépteles tal y como son.
  • Tenga expectativas ajustadas a sus capacidades.
  • Valore lo que hacen bien.
  • Evite descalificaciones globales como “eres un inútil” o “eres un desastre”.
  • No le ridiculice, insulte o amenace.

Comparte tiempo de ocio con ellos y ellas

  • Realice con sus hijos e hijas actividades lúdicas: juegos de mesa, película/s, paseos, deporte…
  • Sea modelo de un estilo de vida saludable en su tiempo libre.
  • Favorezca que sus hijos y sus amistades puedan reunirse y estar en su casa disfrutando de ratos de ocio.

Prevenir el mal uso de las tecnologías y supervisar

  • Controle el tiempo de uso, descarga de aplicaciones y filtre contenidos.
  • Hable con ellos de los riesgos para la salud (adicciones comportamentales).
  • Conozca las amistades de sus hijos e hijas, los lugares que frecuentan y actividades que hacen en su tiempo libre.
  • Conozca el dinero del que disponen y en qué se lo gastan
  • Saber “cómo llega a casa” cuando sale

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Guía reducida

Infografías

Cannabis

Cannabis sátiva es una planta que puede llegar a medir unos seis metros de altura en las condiciones más favorables. En ambientes húmedos segrega una gran cantidad de resina que la hace pegajosa al tacto, por lo que se dice que puede ser un mecanismo de defensa frente a la humedad ambiental.

Esta planta tiene alrededor de sesenta componentes, entre ellos está el THC (tetrahidrocannabinol) que es el componente más conocido y con mayor psicoactividad. La mayor parte de estos componentes se encuentran en las flores de la planta hembra, las hojas y los tallos presentan menos cantidad. El cultivo clandestino ha desarrollado variedades hasta ahora desconocidas, denominadas de forma genérica "sinsemilla". Estas variedades tienen mucha mayor cantidad porcentual de cannabinoles que las cultivadas de forma tradicional o silvestre.

Todas las partes de esta planta contienen en mayor o menor proporción THC; esta cantidad depende de múltiples factores, especialmente de la forma de recolección y de cultivo. Los cigarrillos de marihuana consumidos en los años 70 contenían ente 5-30 miligramos de THC, aproximadamente; actualmente, debido a la variedad de la planta y la forma de cultivo, puede alcanzar hasta los 150 miligramos, o el doble si hablamos de la resina, lo que supone entre 5-10 veces más de contenido psicoactivo por cada cigarrillo de marihuana.

En función de la parte consumida y su forma de elaboración podemos clasificar los derivados del cannabis en tres grupos:

  • Marihuana: preparado con hojas secas y flores, que contiene entre 6 y 14% de THC (actualmente en ocasiones puede superar este porcentaje).
  • Hachís: preparado de resina segregada por la planta de cannabis o hirviendo esta planta. Las tonalidades que presenta pueden variar dependiendo del origen de la planta (verde oscuro tirando a marrón en Marruecos, negro del Líbano y Medio Oriente, y negro como brea en Nepal). Contiene entre un 15 y un 30% de THC, dependiendo de la variedad.
  • Aceite de hachís: preparado mediante la destilación de la planta en disolventes orgánicos. Dependiendo de la técnica y de los aparatos empleados en la destilación puede llegar a alcanzar un 65% de contenido de THC.
https://www.infodrogas.org/drogas/cannabis

Cocaína

Es el principal alcaloide de un arbusto denominado Erithroxylon Coca que se cultiva en la zona occidental de América del Sur (Colombia, Perú y Bolivia). La hoja de coca es la única parte que contiene cocaína, está dispuesta en grupos de siete aproximadamente en cada tallo.

Sulfato de coca o pasta base: también llamado basuko, baserolo o suzuki. El proceso de elaboración se realiza en las inmediaciones de la plantación, principalmente por no desplazar grandes cantidades de hoja de coca, ya que para obtener un kilo de pasta se necesitan alrededor de 125 kilos de hoja. Esta pasta se obtiene primero mezclando la hoja triturada con agua y queroseno, después se separa el queroseno y se desecha la hoja de coca, se agrega agua y ácido sulfúrico, después de filtrado se mezcla con cal o amoniaco, el secado de esto da lugar a la pasta de coca. Su aspecto es de una pasta parda negra, fumable que ocasiona complicaciones tóxicas debido al plomo de los componentes utilizados en el proceso de elaboración.

La cocaína base proviene de la mezcla de la pasta de coca con éter; al evaporarse con calor, aparecen unos cristales casi puros de cocaína base muy potente: en determinados ambientes, se denomina crack (se llama así porque hace un sonido de crujido cuando se calienta); con aspecto parecido a la porcelana, y triturado se asemeja a escamas de jabón. Se fuma mezclado con el tabaco o se calienta en pipa de agua y se inhala el humo resultante.

La cocaína: es el clorhidrato de cocaína obtenido a partir de la pasta base con clorhídrico y extracción acetona etanol. Se trata de un polvo blanco, cristalino y de sabor amargo; en ambientes callejeros se denomina nieve, coca o farlopa.

https://www.infodrogas.org/drogas/cocaina

Speed

En España cuando se habla de speed se refiere generalmente a sulfato de anfetamina (una sustancia sintética perteneciente a la familia de las fenetilaminas), y que es mezclada con diluyentes como glucosa, sacarosa, manitol, celulosa… (en algunos países se conoce a la metanfetamina con el nombre de Speed, de ahí puede venir a veces la confusión). Los adulterantes del sulfato de anfetamina más a menudo encontrados son cafeína, ibuprofeno, ácido acetilsalicílico u otros derivados anfetamínicos.

La anfetamina es menos potente que la metanfetamina y generalmente se consume por vía nasal (esnifada) ya que la presentación más habitual es en polvo blanco o de otros colores, aunque también se presente en pasta y en forma de pastillas o cápsulas.

Sus principales efectos son sensación de bienestar, incremento en el nivel de alerta y en la capacidad de concentración, disminución de las sensaciones de cansancio, sueño y hambre, y dilatación pupilar.

Las rayas de speed suelen ser más pequeñas que las de cocaína debido a que, aunque la dosis dependerá de la persona y de su nivel de tolerancia, la anfetamina hace su efecto con dosis pequeñas.

Junto con los efectos buscados y deseados, también aparecen otros efectos producto de la estimulación cerebral: aumento de la tasa cardíaca, del ritmo respiratorio y de la presión arterial, hipertermia, insomnio, ‘mandibuleo’ y convulsiones.

Otros efectos secundarios son pérdida de apetito, dolor de cabeza, boca seca, dificultades para orinar o para alcanzar la erección. Cuando su consumo es habitual existe la posibilidad de que aparezcan episodios psicóticos.

https://www.infodrogas.org/drogas/speed

Hipnosedantes

Son un grupo de psicofármacos depresores del sistema nervioso central (SNC) que incluyen las benzodiacepinas y los barbitúricos entre otros fármacos, producen sedación y a dosis más elevadas provocan sueño. Están indicados para tratar alteraciones del sueño o trastornos de ansiedad, siempre con receta médica. Son medicamentos seguros pero nunca deben ser administrados sin supervisión médica.

La automedicación siempre supone un riesgo para la salud pero especialmente con hipnosedantes, tanto al prolongar un tratamiento innecesariamente como al aumentar la dosis por cuenta propia.

Efectos

La tolerancia y posterior dependencia que pueden provocar hacen que la toma de este tipo de sustancias sin control médico pueda producir que, tras cierto tiempo, el organismo se acostumbre al fármaco, acabe tolerándolo y pierda su efectividad inicial. En estos casos, el paciente suele aumentar la dosis para conseguir los efectos deseados y puede llegar a situaciones de dependencia. La obtención del alivio inmediato de los síntomas es el primer paso para que se cree la tendencia a repetir el consumo, y ése es el inicio de la adicción.

Orfidal, Tranxilium, Lexatin, Valium, Trankimazin… son nombres de medicamentos hipnosedantes muy comunes.

Recomendaciones

  • Estos fármacos solamente deberán utilizarse bajo control y receta médicos.
  • Nunca deberán mezclarse con otras drogas, especialmente con alcohol.
  • Cualquier duda sobre el tratamiento/consumo de estos fármacos deberá consultarse con su especialista (médico prescriptor).
  • Nunca se automedicará, ni variará la dosis recomendada por el médico.
  • Consultar con el especialista si se pueden tomar hipnosedantes con otros medicamentos.
  • No se debe interrumpir el tratamiento por cuenta propia, sino siguiendo siempre el consejo médico.


http://www.pnsd.mscbs.gob.es/ciudadanos/informacion/otrasAdicciones/home.htm

http://www.escueladesaludmurcia.es/escuelasalud/mantenersalud/adicciones.jsf

Cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo, en función de la intensidad y frecuencia principalmente.

Aunque el concepto de adicción se centra principalmente en el consumo de sustancias (adicción química), en la actualidad se encuentran conductas potencialmente adictivas que incluyen el juego de azar, videojuegos, nuevas tecnologías, el trabajo, las compras…

Internet permite cubrir dos tipos de necesidades: la estimulación solitaria y la búsqueda de interacción social, y, como herramienta de múltiples posibilidades de comunicación e interacción, ofrece innumerables ventajas para la educación, el comercio, el entretenimiento… Sin embargo, también contribuye a reducir el círculo social al desplazar la actividad social y reemplazar los lazos de unión fuertes por otros más débiles, prescindiendo de la proximidad física y afectando con ello al bienestar psicológico.

Esta dependencia psicológica puede llegar a afectar al normal desenvolvimiento en el trabajo, las relaciones sociales y familiares, la economía personal/familiar aunque no tiene las consecuencias físicas negativas de la adicción química o a sustancias, a excepción de la falta de sueño por la dedicación intensiva que puede provocar fatiga, debilitación del sistema inmunitario y, en consecuencia, un deterioro de la salud. También se producen cambios psicológicos negativos como alteraciones del humor, ansiedad si la conexión es lenta, irritabilidad si se interrumpe…El adicto se aísla del entorno y no atiende las obligaciones sociales.

 

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