ARPA busca su inclusión laboral

La celebración del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, el próximo 2 de abril, sirve para que la sociedad conozca y reflexione sobre un trastorno que va en aumento en los últimos años; un acercamiento a esta alteración que contribuya a la mejora de la calidad de vida de las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

Junto a Rafael Elícegui, psicólogo y técnico de la Asociación Riojana para el Autismo (ARPA-Autismo Rioja), nos acercamos a este trastorno.

Cada caso es diferente”, advierte. Y es que no existe un patrón. Una persona con Trastorno del Espectro del Autismo puede tener dificultades en su comunicación, en sus relaciones sociales o en sus patrones de conducta más restringidos o repetitivos.

Los casos de autismo han aumentado mucho en los últimos años. “Se están investigando las causas de ese incremento”. Aunque es cierto que se ha ampliado el espectro y que ahora se diagnostica mejor, la realidad es que está aumentando el número de casos en Europa”, explica. En el terreno de la investigación se están haciendo avances, “se van conociendo los genes que están implicados, las proteínas… pero aún falta mucho”, añade.

Para Rafa Elícegui “hay una falta de empatía” con las personas con TEA. Falta conocimiento de lo que son las personas con autismo. Se puede creer erróneamente que son personas poco cariñosas, que están en su mundo, que son agresivas y eso no es verdad. Falta mucha información y sensibilidad hacia las personas con TEA”, responde.

Aunque normalmente el autismo cursa con una discapacidad intelectual, “en casos leves o con Síndrome de Asperger podemos encontrarnos un 10% con altas capacidades”, explica el psicólogo de ARPA Rioja.

Hay también casos de niños con Síndrome del Savant que tienen algún tipo de habilidad extraordinaria. “Son capaces, por ejemplo, de hacer multiplicaciones de tres cifras más rápido que tú con la calculadora”. Son personas “muy obsesivas y los temas que les gustan les gustan de forma muy intensa.Pueden pasarse horas leyendo y haciendo búsquedas sobre un mismo asunto y al final esa intensidad hace que tengan una gran habilidad sobre ese tema”, comenta Elícegui.

Las primeras señales

Desde pequeños hay señales que nos pueden hacer pensar que estamos ante un caso de autismo. “El niño no mira a los ojos de sus padres, no responde a su nombre o no presta una atención conjunta como mirar adonde le señalan o señalar él algo”, explica el psicólogo.

El momento del diagnóstico “es muy duro para las familias porque la vida les da un giro radical, el impacto emocional es devastador”, explica. A diferencia de otros trastornos no hay un diagnóstico antes del nacimiento o el primer día de vida. “Es algo que te llega a los dos o tres años, circunstancia que hace que se viva una especie de duelo”. 

Las familias pasan “por una fase de shock, una negación, búsqueda de alternativas o depresión hasta que llegan a un momento de aceptación”. Es una situación que se produce en espiral porque “con cada cambio vital se revive ese duelo; por ejemplo, para las familias es muy duro que el niño tenga que ir a un centro de educación especial y no pueda seguir en uno ordinario”, relata. Además, el núcleo familiar se ve obligado a readaptarse, incluso muchas veces uno de los dos miembros tiene que dejar su trabajo para estar con el niño, acompañarle a las diferentes terapias o tratamientos. “Son personas que no las puedes dejar por la tarde en una ludoteca, en una actividad extraescolar o en el propio comedor del colegio”.  A todo ello se suma la necesidad de adecuar el propio hogar, “adaptar todo con pictogramas, poner llaves en las ventanas, adaptar tu vida en general”. 

El diagnóstico

La unidad de Salud Mental infanto-juvenil ubicada en el Centro de Salud Espartero de Logroño es la encargada de emitir los diagnósticos oficiales. A esta unidad llegan los casos derivados desde el pediatra o el centro escolar. Un diagnóstico precoz “ayuda porque se puede empezar cuanto antes con la estimulación, los apoyos específicos como las agendas visuales, la organización de espacios por rincones, el uso de historias sociales tipo comic para explicarles determinadas situaciones”.

Aunque en casi la totalidad de los casos el diagnóstico se produce en la edad temprana, en alguna ocasión se han diagnosticado casos de autismo o Síndrome de Asperger en edades avanzadas. “Personas con 30, 40 o incluso 60 años han venido en busca de una valoración diagnóstica. Hablamos de casos de autismo muy leves, lo que sería Síndrome de Asperger”. Personas que, aunque han llevado una vida típica, siempre han tenido sospechas de algo y un día buscan un diagnóstico. “En estos casos el diagnóstico puede ser liberador”, asegura.

Una de las dudas más habituales de las familias es saber cuándo conviene informarles de que tienen TEA. “Les solemos aconsejar que cuando él empiece a realizar preguntas del tipo por qué no tengo amigos, por qué no juega nadie conmigo en el patio…”.  Está comprobado, según Elícegui, que cuando lo entienden les es más fácil seguir adelante, sobre todo en casos de chicos con Asperger.

Escolarización

La escolarización de un niño con TEA es obligatoria hasta los 16 años como la de cualquier otro escolar. Van al colegio cada día.

En La Rioja hay tres modalidades educativas: “puede que estén en un colegio ordinario, en uno con aulas específicas de autismo (Bretón de los Herreros, La Guindalera, Gonzalo de Berceo en Logroño o González Gallarza de Lardero, también hay aulas en otras poblaciones) o bien que estén en un centro de educación especial”, describe el psicólogo de ARPA. Este curso, también se han puesto en marcha aulas de autismo para Secundaria en los Institutos Hermanos D’Elhuyar y La Laboral. “En junio será el momento de hacer las valoraciones, pero hasta ahora estas aulas están siendo muy positivas”.

La jornada de los pequeños y jóvenes con TEA continúa por la tarde con sus terapias de logopedia, psicomotricidad, estimulación, educación, comunicación… cada uno en función de sus necesidades.

Hay niños que se benefician mucho del contacto con otros niños; otros, sin embargo, no se aprovechan tanto de las ventajas de un aula con 25 niños y sí de una más reducida con tres o cuatro alumnos. Por ese motivo desde Educación se estudia cada caso de manera independiente”.

El paso más delicado en su proceso académico, al igual que en la mayoría de los escolares, es el paso de Primaria a Secundaria; en su caso es, además, el momento en el que muchos chicos diagnosticados hacen el cambio de la educación ordinaria a la educación especial.  Al cumplir los 18 años pueden continuar en la residencia y centro de día Leo Kanner.

No son muchos, pero algunos llegan a la Universidad. Los que lo hacen están allí mejor, a nivel social, que en la etapa del instituto. “El instituto es, socialmente, una etapa muy difícil. Su propia adolescencia, la de sus compañeros, hay casos de acoso. En la Universidad todos somos más maduros”, continúa.

Inclusión social y laboral

La inclusión laboral es uno de los principales objetivos que tiene por delante ARPA Rioja. Según reconoce Rafa Elícegui se ha mejorado mucho en atención temprana y en atención educativa, pero falta ese último paso en la etapa adulta a nivel laboral y social”. “Hay muchas personas con autismo que pueden optar a un trabajo, que tienen muchas cosas que aportar, que tienen muchas capacidades y no se pueden desaprovechar”.

Aunque la inclusión se debería conseguir con todos, independientemente de su nivel de dificultad, es cierto que cuantas menos dificultades tienen es más sencilla esa inclusión”. “Desde ARPA se está trabajando en este momento en intentar que esas personas que tienen menos dificultades puedan acceder a empleos”.

La propia Asociación impulsa el proyecto “Purpurina” que ofrece productos personalizados a través de su tienda en internet (tazas, camisetas, mochilas), servicios de serigrafía y sublimación e ilustraciones para marcas, grupos o estudios de diseño.

Y dentro del proceso de inclusión social se va a poner en marcha esta primavera un piso tutelado en el que podrán llegar a convivir cinco personas con la supervisión de un educador. De momento el piso se va a abrir con dos personas.

Con las personas más afectadas la inclusión es más difícil, pero nosotros intentamos ir a actividades municipales y aprovechar los recursos”, continúa.

Servicios ARPA

ARPA Rioja se creó en 1985 impulsada por un grupo de padres de personas con TEA. La Asociación contribuye a promover y mejorar la calidad de vida de estas personas en nuestra región con diferentes programas de información, orientación, apoyo y servicios. La Asociación dispone de varios centros en los que se ofrecen diferentes servicios en función de la edad de sus usuarios.

El servicio de atención temprana, ubicado en la Plaza Martínez Flamarique, está dirigido a niños de 0-6 años con diagnóstico de TEA o rasgos aproximados. Este servicio se ofrece a través de un convenio con la Consejería de Servicios Sociales y oferta cuatro modalidades de atención: logopedia, psicomotricidad, estimulación y psicología. En la actualidad atiende a 36 niños que semanalmente asisten a dos o tres sesiones individuales. Los casos han aumentado en los últimos años. “Hace once años atendíamos a dos o tres niños; ahora a 36”. En las aulas se trabaja comunicación, autonomía y área social. Por ejemplo, “que tengan en cuenta a la otra persona para pedir ayuda o compartir, para ello trabajamos mucho el juego compartido, de turnos, la estimulación a nivel cognitivo, la clasificación por colores o emparejar”. Una de las herramientas imprescindibles en esta etapa es los pictogramas porque tienen muy buena memoria visual. Son dibujos sencillos que les permiten organizarse.

A partir de los 6 años y hasta los 18 los chicos pasan al centro de ARPA ubicado en Paseo del Prior donde se continúan tratamientos de forma más grupal, trabajando habilidades sociales y de fomento de la autonomía. Actualmente acuden a este centro 60 jóvenes.

Y cuando cumplenlos 18 años pueden optar a una plaza en el Centro de Atención Integral a personas con autismo Leo Kanner, pensado como un hogar. Se trata de un centro que cuenta con residencia y centro de día. Acaban de terminar las obras de ampliación y en el próximo mes de junio podrán entrar nuevos usuarios que permitan ampliar las veinte plazas con las que cuenta actualmente la residencia y las diez del centro de día.

Asociación Riojana para el Autismo (ARPA-Autismo Rioja)
Plaza Martínez Flamarique 8 Bajo
26004-Logroño
Tel. y fax: 941-247876
http://www.autismorioja.com
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