Con las altas temperaturas de las jornadas veraniegas, un baño en la piscina o en la playa resultan uno de los principales alivios para hacer frente al calor intenso. Cuando el chapuzón se produce inmediatamente después de haber comido, siempre conlleva la inmediata alerta familiar que defiende a pies puntillas la idea de que meterse al agua, sin esperar al menos dos horas, puede causar un corte de digestión.
Una precaución que sin duda hay que tener en cuenta, pero ante la que los expertos aconsejan cambiar el foco y centrarse más en evitar los cambios bruscos de temperatura. Un proceso que se conoce como hidrocución y que se produce cuando se registra una interrupción súbita del proceso digestivo por un cambio brusco de temperatura, como por ejemplo al meterse o zambullirse de forma brusca en agua fría cuando la temperatura ambiente o corporal son elevadas tras haber estado al sol durante un largo tiempo o si se ha realizado ejercicio físico intenso. Un síncope ante el que la sangre se ve obligada a repartirse por el cuerpo para contrarrestar la pérdida de calor causando mareos, náuseas, palidez, sudoración, calambres, debilidad y vómitos, entre otros síntomas, pero que incluso puede conllevar a la pérdida del conocimiento o a una parada cardiorrespiratoria.
Un riesgo denominado síndrome de hidrocución y que se trata de un shock térmico que conlleva un riesgo para la salud en cualquier persona, pero que se acrecienta en el caso de las personas mayores o en aquellas personas que estén tomando alguna medicación.
10 CONSEJOS PARA EVITAR EL CHOQUE TÉRMICO
- NO debemos entrar en el agua tras haber estado expuesto al sol durante un largo tiempo.
- Tampoco tras una comida copiosa y si sentimos que tenemos somnolencia.
- También hay que evitar zambullirse en el agua de golpe. Lo mejor es entrar poco a poco, para que nuestro cuerpo se adapte a la temperatura, mojando las extremidades (principalmente pies, barriga, nuca y muñecas). En las piscinas es recomendable ducharse siempre antes del baño porque si se entra tirándose de golpe, el cambio de temperatura es más brusco.
- Evitar bañarse en agua fría inmediatamente después de hacer un ejercicio físico intenso.
¿CÓMO ACTUAR SI ALGUIEN ESTÁ SUFRIENDO UN CHOQUE TÉRMICO?
Es recomendable seguir una serie de pautas si percibimos que alguien está sufriendo algún síntoma, pero siempre que sea posible hay que avisar de inmediato a un profesional.
- Sacarle del agua de forma inmediata.
- Tumbarle y secarle.
- Vestirle o taparle con una toalla para mantener su calor corporal.
- Elevarle las piernas.
- Si aparecen vómitos o diarrea rehidratarle con agua o suero.
- Reposar hasta que la tensión arterial se estabilice.
¿CÓMO PODEMOS PROTEGERNOS DE LAS ALTAS TEMPERATURAS?
Con otras medidas muy sencillas también evitaremos los problemas asociados al calor.
- Beber líquidos en abundancia evitando las bebidas alcohólicas, las muy azucaradas y las que contengan cafeína.
- Hacer comidas ligeras y que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras…etc.).
- Utilizar vestimenta ligera y transpirable, usando gorras para proteger la cabeza.
- Planificar las actividades en el exterior durante las primeras horas del día o al atardecer, evitando, sobre todo, realizar actividades de alta intensidad durante las horas centrales del día.
En definitiva, lo más recomendable es ser conscientes de los riesgos que conllevan los cambios bruscos de temperatura y seguir estos sencillos consejos para hacer correctamente la digestión y protegerse del sol y del calor. Disfruta del verano, pero disfrútalo con salud.