Conocer estas variantes genéticas podría ayudar a predecir quién va a padecer la enfermedad de forma severa, por lo que la vigilancia o los tratamientos médicos serían más específicos desde el inicio
Investigadores de la unidad de Enfermedades Infecciosas, Microbiota y Metabolismo del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR), en colaboración con el Departamento de Enfermedades Infecciosas y el Departamento de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario San Pedro de Logroño, han identificado patrones genéticos asociados a un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por COVID-19. Este estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista “Frontiers in Endocrinology”.
Es bien conocido que la edad avanzada, el sexo masculino, la hipertensión o la obesidad son factores predisponentes a la COVID-19 severa. Sin embargo, existen pacientes que, a pesar de presentar estos factores, no sufren COVID-19 grave ni ingresan en el hospital. Ante esta disparidad, el objetivo del estudio fue determinar el papel de la genética del individuo en el desarrollo de COVID-19 severa. Para ello, los investigadores evaluaron la presencia de dos variantes genéticas del gen de la Angiotensina I en pacientes de La Rioja infectados por el SARS-CoV-2 con diferente grado de severidad de la enfermedad y encontraron que la presencia de estas variantes genéticas en individuos que padecían hipertensión, dislipemia o diabetes aumentaba el riesgo de sufrir complicaciones graves que derivaban en ingreso en la UCI e incluso en un mayor riesgo de muerte.
Estos resultados confirman que hay un componente genético en la respuesta del paciente a la infección por el SARS-CoV-2. Conocer estas variantes genéticas de antemano podría ayudar a predecir quien va a enfermar gravemente de COVID-19 y quién no lo que, a su vez, permitiría a los médicos enfocar de manera más precisa el tratamiento de estos pacientes y mejorar su pronóstico.
Los investigadores del grupo continúan trabajando en la implicación genética en la susceptibilidad al desarrollo de formas graves de la COVID-19, formando parte del consorcio del proyecto SCOURGE, financiado por el Instituto de Salud Carlos III. Dicho consorcio, formado por grupos españoles y latino-americanos, persigue encontrar biomarcadores de evolución y pronóstico en pacientes infectados por SARS-CoV-2, mediante el análisis del genoma de más de 8.000 pacientes.
Los investigadores quieren expresar su agradecimiento a todos los voluntarios, pacientes y familiares que han participado en este estudio. Los firmantes son: María Iñiguez, Patricia Pérez-Matute, Pablo Villoslada-Blanco, Emma Recio-Fernández, Diana Ezquerro-Pérez, M. Lourdes Ferreira-Laso y José A. Oteo que coordina el Grupo.