La investigación, desarrollo y aplicación de nuevos productos químicos ha permitido mejorar las condiciones de vida de la población, pero al mismo tiempo ha ocasionado efectos desfavorables para la salud humana y el medio ambiente.

Los ciudadanos, en nuestra vida cotidiana, estamos expuestos a multitud de sustancias químicas por diferentes vías, por ello el uso seguro de las sustancias químicas es esencial para prevenir los efectos perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente.

Las comunidades autónomas somos responsables de la vigilancia, inspección, control y sanción de la legislación relacionada con las sustancias y preparados químicos peligrosos.

Esto se lleva a cabo fundamentalmente por medio de varios reglamentos europeos:

  • REACH: registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias y preparados químicos

REACH se adoptó para mejorar la protección de la salud humana y el medio ambiente frente a los riesgos derivados de las sustancias y preparados químicos, y potenciar al mismo tiempo la competitividad del sector químico de la UE. El Reglamento también fomenta métodos alternativos para evaluar los peligros que plantean las sustancias con vistas a reducir la cantidad de ensayos con animales.

  • CLP: clasificación, etiquetado y envasado de sustancias químicas peligrosas

El Reglamento CLP garantiza que los peligros que entrañan las sustancias químicas se comunican claramente a los trabajadores y consumidores de la Unión Europea mediante la clasificación y el etiquetado de sustancias químicas.

  • BPR: Reglamento sobre los biocidas

El Reglamento sobre biocidas regula la introducción en el mercado y el uso de biocidas, que se utilizan para proteger a personas, animales, materiales o artículos contra organismos nocivos, como plagas o bacterias, gracias a la acción de las sustancias activas que contienen dichos biocidas

Este reglamento ha estado en vigor desde 2005, cuando reemplazó numerosas medidas legislativas anteriores. Requiere que los tensioactivos utilizados en los detergentes cumplan con estrictos criterios de biodegradabilidad. Esto es importante para la protección del medio ambiente ya que la mayoría de los detergentes y productos de limpieza se liberan a través de tuberías y se tratan en plantas de tratamiento de agua. El Reglamento también exige que la información específica del producto esté disponible en el envase y a través de Internet, por ejemplo, en el caso de la presencia de pequeños niveles de ingredientes alergénicos. Este Reglamento se ha ampliado para restringir el uso de fosfatos en productos de consumo para el lavado de ropa y en tabletas para lavavajillas automáticos en todos los países de la UE a partir del año 2013 (UE 259/2012).