- Aceptación por parte del paciente y de su cuidador, si éste es preciso.
- Soporte familiar y social adecuados: existencia, cuando sea preciso, de un cuidador principal que se responsabilice de la alimentación, la administración de medicación, la higiene del paciente y de su entorno, que sea capaz de solicitar ayuda en caso de que ocurra alguna complicación, y que sea el interlocutor con la unidad.
- Comprensión por el propio paciente o su cuidador del servicio de HAD: horarios y régimen de visitas, servicios que pueden y que no pueden proporcionarse, atención urgente.
- Domicilio en el área de influencia de la HAD, determinada en cada momento de acuerdo con la Dirección del Hospital. También son candidatos los pacientes que viven en residencias geriátricas de la zona.
- Disponibilidad de teléfono en el domicilio.
- Criterios clínicos generales: necesidad de ingreso hospitalario, situación clínica estable que no implique la necesidad de una Unidad de Medicina Intensiva de forma inmediata.
El criterio de estabilidad clínica se vuelve más estricto y se hace más importante conforme mayor es la distancia del hospital a la que el paciente reside. En general, más allá de la isocrona de 20 minutos, son candidatos únicamente los pacientes clínicamente estables que requieren prolongar tratamientos ya iniciados en el hospital.