De forma general podemos decir que hay 2 tipos de Diabetes:

  • Tipo I, también llamada Insulinodependiente porque se trata siempre con Insulina y es la que aparece a edades jóvenes.
  • Tipo II, llamada también no Insulinodependiente o del adulto, por presentarse a edades más avanzadas y porque puede controlarse inicialmente con medicamentos llamados antidiabéticos orales, pero que con el tiempo también puede ser necesario tratarla con Insulina. Importante decir que este tipo de Diabetes del adulto, es la que se asocia con la obesidad y el Síndrome Metabólico y que desgraciadamente ya se ha empezado a encontrar en niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad.

La Nefropatía diabética es el nombre que se da a las alteraciones en el riñón que se producen en personas con diabetes cuando su control de la glucosa en sangre y otros factores asociados no ha sido adecuado. Forma parte de las complicaciones crónicas de la diabetes mellitus, siendo las más importantes:

  • Arterioesclerosis prematura que afecta fundamentalmente al corazón, cerebro y las piernas
  • Pérdida de vista (retinopatía)
  • Cambios en la función del sistema nervioso (polineuropatía)
  • Alteración en la función renal (Nefropatía Diabética)

Alrededor de un 35 a 45% de los pacientes con diabetes mellitus insulino-dependiente y un 20% de los diabéticos no-insulino-dependiente desarrollan enfermedad renal después de más de 10 años de diabetes.

¿Qué factores favorecen la aparición de Nefropatía Diabética?

Pulse sobre la imagen para ampliarlaLa enfermedad renal diabética comienza después de mantener durante largo tiempo la glucosa mal controlada. Cuando los niveles de glucosa en sangre están por encima de 180 mg/dl, el riñón no es capaz de recuperar toda la glucosa que se filtra y aparece en la orina (glucosuria). La glucosa alta y los productos derivados de ella, alteran la pared de los filtros de los riñones (podocitos) y entonces dejan pasar albumina a la orina en cantidades superiores a lo normal.

Sin embargo, no sólo debe de darse unos niveles elevados de glucosa, sino que existe una predisposición propia de cada individuo para que finalmente se desarrolle la Nefropatía Diabética en base a unos factores genéticos. Otros factores que pueden influir negativamente en la aparición de nefropatía diabética son: el tiempo de evolución de la diabetes (aparece en el 50% de los pacientes después de 20 años del comienzo de la diabetes), la hipertensión arterial mal controlada, que es el factor de riesgo en los diabéticos más importante para el desarrollo de nefropatía y la obesidad.

¿Cómo se manifiesta?

Desgraciadamente, no aparecen síntomas hasta fases muy avanzadas y es por ello que hay que realizar periódicamente controles para detectar su presencia de forma precoz. La evolución de las distintas fases, se conoce mejor en la llamada Diabetes Tipo I que el la Diabetes Tipo II, pero a efectos prácticos podemos podríamos entender que pueden ser similares:

Hay una primera fase que se llama silente, porque puede estar produciéndose alteraciones mínimas (microscopio) que no dan ningún síntoma ni cambios en los análisis.

La primera manifestación de que se está desarrollando una nefropatía diabética, es la aparición en orina de Albumina en pequeñas cantidades (microalbuminuria) por encima de los límites normales (> 30 mgr/día). En este momento también hay un aumento de la tensión arterial  habitual. Esta fase es muy importante porque se ha demostrado que si se detecta desde el inicio y se ponen las medidas recomendadas, puede detenerse su evolución a una fase más avanzada e incluso retroceder a una fase anterior.

Si no se consigue detener la evolución, se irá produciendo un aumento de la cantidad de albumina en orina, de forma que se habrá dado paso a una fase posterior que será cuando la cantidad de albumina en orina supere los 300 mg/d (albuminuria o proteinuria). En este momento, la posibilidad de detener la posterior aparición de la insuficiencia renal (aumento de Urea y Creatinina) es cada vez menor a medida de que la albumina aumenta y nula una vez que ésta se produce.

Una vez que los riñones empiezan a no funcionar bien, la función renal irá empeorando con el tiempo a una velocidad que dependerá de varios factores sobre los que sí podemos intervenir para que sea lo mas lenta posible.

¿Cómo prevenir o ralentizar la nefropatía Diabética?

Como ya hemos señalado anteriormente, independientemente de factores genéticos, el inicio de la enfermedad renal en el diabético depende de mantener las glucosas altas y por tanto la recomendación fundamental para que todo el proceso no se desencadene es que la glucosa siempre esté en límites adecuados.

Se recomienda controles periódicos de albumina en una muestra de orina para detectar precozmente su aparición y poder poner en marcha las medidas para frenar la evolución, dado que su presencia es asintomática y de otra forma pasaría desapercibida. Las medidas recomendadas serían:

  • Control óptimo de la glucosa (Hemoglobinas glicosilada inferior a 7.5%, preferiblemente inferior a 7%)
  • Control óptimo de la tensión arterial, recomendándose cifras en torno a 130/80 mmHg.
  • Medicaciones para la tensión especialmente indicadas para esta fase de la nefropatía diabética, como son los llamados inhibidores de la IECA o ARA II y que su médico conoce ampliamente.
  • Disminución moderada de la cantidad de proteínas de la dieta.
  • Dejar de fumar.
  • Control de los lípidos (colesterol y triglicéridos).
  • Evitar el sobrepeso.

En general son medidas orientadas a disminuir la filtración o trabajo del riñón y que en su conjunto pueden conseguir detener o incluso mejorar la evolución.  Por supuesto, una medida recomendada  en todo diabético es dejar de fumar, pero  cuando hay nefropatía diabética, es absolutamente imprescindible. Se ha demostrado científicamente que los diabéticos que fuman desarrollan con más frecuencia nefropatía diabética progresiva.

El control de la Tensión arterial es fundamental y se exige tener cifras incluso más bajas que si no hubiera alteración en los riñones, para disminuir la presión dentro de los filtros renales (glomérulos). Esto por otro lado, es algo de aplicación general para todas las enfermedades del riñón.

La meta del tratamiento de la nefropatía diabética consiste en su prevención o reducción en la velocidad de progresión de la insuficiencia renal crónica, dado que, una vez que esté establecida, progresará hasta fases avanzadas y sólo quedará como tratamiento la diálisis y/o el trasplante. Hoy en día, en la mayor parte de los países es la causa de un 30% de los casos de entrada en diálisis, que puede ser tanto en diálisis peritoneal como en hemodiálisis.

Afortunadamente, los avances de la ciencia han puesto en marcha interesantes investigaciones sobre nuevos medicamentos que parece que podrían mejorar la nefropatía diabética incluso en las fases consideradas como irreversibles hasta ahora. Debemos esperar los resultados de estos esperanzadores estudios que marcarían un gran avance en el tratamiento de esta enfermedad.

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