El final de las vacaciones y el comienzo del mes de septiembre nos lleva a recuperar nuestros hábitos y costumbres antes del verano y retomemos la práctica deportiva, pero ¡ojo! debemos hacerlo con cuidado y de forma gradual para evitar las temidas lesiones. Además, el verano y las vacaciones suelen ser un periodo de tiempo que nos lleva a ganar algo de peso. Por ese motivo, además de volver a la rutina deportiva de una forma gradual debemos cuidar nuestra dieta, aumentar el consumo de fruta y verdura, hidratarnos bien antes y después de los entrenamientos, eliminar el consumo de bebidas azucaradas, fritos y alimentos procesados y tener mucho cuidado con el consumo de suplementos nutricionales.
Cuando retomemos la actividad deportiva debemos tener en cuenta algunos sencillos consejos como: comenzar con actividades aeróbicas tres días a la semana, frecuencia que podemos ir aumentando de forma progresiva; si acudimos a un gimnasio es aconsejable participar en sesiones colectivas dirigidas por un entrenador o incluso pedir a los entrenadores de los gimnasios nuevos programas de entrenamiento.
Lo más importante es evitar las temidas lesiones tras el periodo de descanso. Por ese motivo es aconsejable durante los primeros días evitar deportes de impacto y hacer hincapié en las rutinas de tonificación; calentar bien y realizar una rutina de estiramientos después de la sesión deportiva; y respetar los días de descanso para facilitar la recuperación de los músculos.
Cuando retomamos la práctica de nuestros deportes habituales solemos cometer un grave error y es volver al mismo ritmo que teníamos antes del parón. Es muy importante empezar de forma progresiva, respetar el descanso y ‘escuchar al cuerpo’ para detectar posibles señales de sobrecarga u otras molestias. Es necesario que nuestro cuerpo se vuelva a adaptar al ejercicio con regularidad y por esa razón es fundamental planificar los días de entrenamiento y tipo de actividad a realizar y repartir el volumen de trabajo.