Resbalones y caídas, cortes, intoxicaciones alimentarias y golpes son muy habituales en el hogar y no es este el mejor momento para requerir atención sanitaria con lesiones fácilmente evitables con sólo tener un poco de cuidado
Como en casa en ningún sitio. Cierto…, pero con cuidado. Aunque no es cuestión de alarmar no debemos perder de vista que según las estadísticas el hogar puede ser un lugar peligroso para la integridad física del individuo si no se toman sencillas precauciones. Sin embargo, curiosamente los españoles no lo percibimos así. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Consumo, el 80% de los consumidores no tenemos conciencia de que el propio domicilio es el escenario donde tienen lugar más del 50% de los siniestros que se producen en nuestro país
A pesar de esta realidad que certifican las cifras, la impresión que tenemos la mayoría de los usuarios es completamente la contraria. De hecho, ocho de cada diez ciudadanos descarta el hogar como zona de riesgo. Esta gran disparidad entre la realidad y lo que percibimos se extiende también a las fuentes de peligro concretos que la mayoría identificamos con los aparatos eléctricos, las calderas y bombonas de gas y los productos químicos. Sin embargo, los números dicen que los electrodomésticos sólo son los causantes del 2% de los percances y las calderas y los químicos de un porcentaje aún menor. La realidad es que son los suelos el elemento doméstico más peligroso al ser este el responsable del 15% de los accidentes domésticos. Las encuestas llevadas a cabo por la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios testifican que al no percibir el peligro real, sólo la mitad de los ciudadanos usa en casa el calzado adecuado para para evitar traspiés, tropezones y resbalones domésticos.
El trabajo de la CECCU demuestra que sólo se toman las precauciones adecuadas cuando hay una percepción ajustada del riesgo real. Es por ello que menos del 30% de los consultados deja la toalla cerca cuando se ducha y que un 40% admite que usa instrumentos cortantes con las manos mojadas. Siete de cada diez encuestados no conoce los símbolos que identifican los productos corrosivos o tóxicos y más de la mitad no sabe que, en ningún caso, deben usarse enchufes de tipo ladrón para electrodomésticos de gran potencia. Son algunas conclusiones de la encuesta que demuestran que los ciudadanos tenemos lagunas importantes en lo referente a seguridad doméstica.
Estos días de confinamiento en el hogar aumenta, sin duda, el riesgo de sufrir algún tipo de accidente doméstico y lo hace en la misma proporción que aumenta el número de horas de estar en casa. Por ello es más importante que nunca no bajar la guardia, ampliar las precauciones e identificar los riesgos para así poder prevenirlos. Qué duda cabe, además, de que no es este el mejor momento para requerir atención sanitaria con lesiones fácilmente evitables con sólo tener un poco de cuidado. Los sanitarios y los enfermos nos lo agradecerán.
Según los datos de la Red de detección de accidentes domésticos y de ocio del Instituto Nacional de Consumo del Ministerio de Sanidad, las principales causas de accidentes graves en el hogar están encabezadas por las obstrucciones de vías respiratorias (25,9), las caídas (24,5%), los envenenamientos involuntarios (12,8%), los ahogamientos (6,2%) y los incendios (2,9%).
Caídas y golpes fatales
Un objeto fuera de su sitio puede provocar un tropezón que nos lleve a perder el equilibrio y a caernos, por lo que es muy conveniente mantener el suelo de la casa despejado, muy especialmente el de las zonas de paso donde en ocasiones se acumulan juguetes de los niños, un taburete sin recoger, unos zapatos sin guardar…. Además, hay que tener cuidado con los productos que se les da a los suelos y que nos pueden hacer resbalar. Convienen avisar al resto de las personas con las que se convive si una zona está recién fregada o si se le acaba de dar cera. Si cae agua al suelo, séquela de inmediato. Colocar bien las alfombras para no tropezar con ellas, no utilizar cualquier silla o taburete a modo de escalera y colocar alfombrillas antideslizantes en el cuarto de baño son otros consejos para evitar caídas. En las duchas y bañeras es importante colocar agarraderas, sobre todo si las utilizan personas mayores y siempre, recoger la toalla de los pies una vez finalizado el aseo.
Los cajones y las puertas de los armarios de la cocina son los responsables de muchos de los golpes que se producen en el hogar. Convienen dejarlos siempre cerrados porque sus esquinas puntiagudas ocasionan frecuentes golpes y heridas, sobre todo en los niños. Las escaleras, otro foco de peligro, hay que bajarlas peldaño a peldaño y agarrándose al pasamanos sin bajar la guardia por encontrarnos dentro de casa.
Con el Estado de Alarma decretado por el Gobierno nos pasamos todo el día en casa y los que tienen niños y la suerte de tener terrazas las utilizan, lógicamente, para que se fogueen. Cuidado porque las terrazas y las ventanas, como vulgarmente se dice, las carga el diablo y es preciso no perder de vista a los más pequeños ni un segundo. Todos estos días a las ocho de la tarde los españoles nos saludamos a través de las ventanas para aplaudir a quienes gracias con su trabajo mantienen los servicios básicos, tanto sanitarios como de suministros básicos, alimentación e información, en funcionamiento. Los niños esperan con especial alegría ese momento en el que pueden contactar visualmente con otros vecinos y darse cuenta de que no están solos y que, al otro de las ventanas, sigue habiendo vida. Hay que tener mucho cuidado y toda la atención puesta en ese instante para evitar que se produzca una desgracia. Que no se suban a sillas ni mesas para asomarse y que ningún menor permanezca en balcones o ventanas sin la supervisión constante de un adulto.
Cortes y quemaduras en la cocina
La cocina es uno de los lugares de la casa donde se concentran la mayoría de accidentes domésticos. En ahí donde se guardan la mayor parte de los utensilios peligrosos como cuchillos, tenedores, tijeras, objetos de cristal, ollas y sartenes al fuego y, también, productos químicos.
Por ello hay que ser precavidos evitando, por ejemplo, que los mangos de las sartenes o las ollas sobresalgan de los fogones, tratando de cocinar con los fuegos que quedan situados más en el interior o procurando guardar los cuchillos, objetos cortantes, tenedores, tijeras y detergentes de manera segura y fuera del alcance de los niños. Y es que los cortes son uno de los accidentes más habituales, por ello es importante acordarse de no dejar nunca los cuchillos con la parte afilada hacia arriba, y menos en el lavavajillas, utilizarlos de forma segura no cortando nunca en dirección hacia uno mismo, revisar los vasos y platos que estén rotos y deshacernos de ellos y no utilizar los cuchillos para realizar otros trabajos que no sean los específicos de la cocina.
Meter las manos en el horno sin protección, coger objetos a altas temperaturas sin guantes o cocinar alimentos sin tapadera son hábitos cotidianos que suelen causar múltiples quemaduras y, en ocasiones, pueden llegar a desencadenar un incendio. Para evitar sustos se recomienda no fumar cerca de cortinas u otros tejidos, nunca en la cama y no sobrecargar las regletas de enchufes.
Por todo ello conviene dejar a un lado las prisas cuando se está en la cocina y, sobre todo, tener los cinco sentidos puestos en lo que estamos haciendo, prestando una atención muy especial a los niños estos días en los que para entretener a los más pequeños muchos les estáis dejando hacer sus primeros pinitos en la cocina.
En caso de producirse un corte con hemorragia, hay que tapar la herida con una gasa o un trapo haciendo presión sobre la herida. Si el sangrado no cesa, será necesario acudir al centro de salud más cercano.
Ojo con las intoxicaciones
Las intoxicaciones son otro de los accidentes domésticos más comunes. Las causas más habituales tienen que ver con la toma de medicamentos equivocados o en dosis más altas de las recetadas, por descuido u olvido, con la inhalación de productos de limpieza especialmente tóxicos, por la ingesta de alimentos en mal estado o por abusar de bebidas alcohólicas.
Para evitar este tipo de accidentes es fundamental guardar los productos más peligrosos en un lugar seguro, perfectamente etiquetados o en su envase original para no dar lugar a error y que alguien pueda ingerirlos pensando que son otra cosa, no almacenar los productos tóxicos en el mismo sitio que los alimentos y colocar las medicinas fuera del alcance de los niños.
Durante este periodo de confinamiento se aconseja poner especial atención a la comida que se nos pueda poner en mal estado debido a la acumulación de productos que muchos llevaron a cabo los primeros días pensando que podía producirse un desabastecimiento y que tal vez no les ha dado tiempo a consumir en fecha. Atención también con no provocar intoxicaciones involuntarias al haber aumentado el uso de lejías y otros productos desinfectantes al hacer la limpieza en los hogares.
Atragantamientos, asfixia y ahogos
La asfixia se puede producir por introducir objetos demasiado grandes en la boca o en la nariz, por un atragantamiento al comer o bien por ahogamiento piscinas o bañeras. Es fundamental vigilar a los más pequeños cuando se están dando un baño o cuando juegan cerca de la piscina o el estanque, ya que un solo descuido puede tener consecuencias fatales.
Además, para prevenir los ahogos es importante evitar que los niños jueguen con objetos pequeños que se puedan tragar o meter por la nariz. Y a la hora de alimentarles hay que darles trozos pequeños de comida para que los mastiquen poco a poco.