Los accidentes cerebrovasculares son la primera causa de muerte entre las mujeres españolas, la segunda entre los hombres. Buscar asistencia médica rápida permite una supervivencia en más del 75% de los casos

Cada seis minutos se produce un ictus en nuestro país. Se trata de la primera causa de muerte entre las mujeres españolas y la segunda entre los hombres, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. Es una enfermedad más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad. Pero no hay que olvidar que en las últimas décadas los casos en jóvenes entre los 18 y 45 años han aumentado hasta un 53%. Entre los factores de riesgo están la hipertensión arterial, las arritmias u otros problemas cardiacos, la diabetes, los niveles altos de colesterol en sangre, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol.

¿Qué es el ictus? Este accidente cerebrovascular, que también conocemos como embolia o trombosis, consiste en la obstrucción de una arteria cerebral, es decir, la sangre deja de llegar al cerebro en la cantidad necesaria. Esa obstrucción puede estar causada por un coágulo dentro del propio vaso sanguíneo o por un coágulo que se produce en otro lugar y se desplaza hasta el cerebro. Eso significa que las células nerviosas no reciben oxígeno y dejan de funcionar. La interrupción de flujo de sangre al cerebro produce una serie de alteraciones que pueden originar diferentes síntomas como parálisis o dificultad para mover una parte del cuerpo, dificultad para hablar, incapacidad para mantenerse de pie o caminar, pérdida repentina de fuerza en un brazo o una pierna, pérdida brusca de visión o de memoria.

Podemos resumir que esa serie de signos pueden alertarnos de que nosotros o alguien cercano a nosotros está sufriendo un ictus. Saber detectar esas señales de alarma y una rápida actuación son fundamentales para garantizar la supervivencia del paciente y una mejor recuperación en su calidad de vida. Por ese motivo es tan importante saber detectar los síntomas de un ictus y buscar ayuda médica lo más rápido posible porque está comprobado que una valoración neurológica urgente, entre tres y cuatro horas desde que aparecen los primeros síntomas, permite una supervivencia de más del 75% y una mejor recuperación en la calidad de vida del paciente.

El Servicio Riojano de Salud tiene en marcha el denominado Código Ictus, un protocolo de coordinación de los distintos servicios sanitarios que permite actuar rápidamente en el caso de que un paciente presente un ictus.

El primer objetivo de los médicos es abrir rápidamente el vaso sanguíneo obstruido para salvar la mayor parte de células posibles. Si las células mueren en poco tiempo; los daños pueden ser permanentes.

Debemos tener claro que el ictus se puede prevenir si llevamos una vida sana con una dieta equilibrada y la práctica habitual y moderada de ejercicio y si controlamos los factores de riesgo.

FACTORES DE RIESGO

  • Haber sufrido un ictus recientemente
  • Hipertensión arterial
  • Enfermedades cardiacas
  • Diabetes
  • Altos niveles de colesterol en sangre
  • Consumo de tabaco y alcohol
  • Sedentarismo
  • Obesidad
  • Glóbulos rojos altos
  • Clima (temperaturas o muy frías o muy calurosas)

SÍNTOMAS

  • Aparición brusca de dolor de cabeza
  • Pérdida brusca de visión en uno o en los dos ojos
  • Confusión o problemas para hablar o entender
  • Pérdida brusca del equilibrio y estabilidad
  • Pérdida brusca de la fuerza en brazo, pierna o ambos
  • Pérdida de sensibilidad u hormigueo en la mitad del cuerpo
  • Pérdida de memoria