Estos días, en los que en las casas se cocina para muchos comensales y en los que en la cocina intervienen muchas manos que elaboran productos que no manipulamos habitualmente, es importante recordar algunos hábitos de higiene fundamentales para que la celebración familiar no acabe convirtiéndose en un problema de salud derivado de una errónea manipulación alimentaria: salmonelosis, anisakiosis, intoxicaciones...
Es muy importante lavarse bien las manos antes de manipular los alimentos, tener un especial cuidado con la limpieza de utensilios de cocina y seguir las normas de congelación y conservación de alimentos para evitar un problema de salud para nosotros y nuestros invitados.
La Organización Mundial de la Salud mantiene un decálogo que recoge unas normas básicas y sencillas que se pueden seguir en casa y en los locales de restauración para prevenir la aparición de enfermedades de transmisión alimentaria (como la salmonelosis o la anisiakosis) provocadas por una deficiente manipulación de los productos.
Consejos de la OMS para la adecuada preparación de los alimentos
1.-Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente.
No se debe consumir leche sin tratamiento térmico (leche cruda) y las carnes, pescados así como los productos de repostería deben estar refrigerados o congelados.
Si prepara en casa mayonesas, salsas, etc., deberá consumirlas inmediatamente, no aprovechar las sobras y mantener la conservación en frío. Si lava los huevos antes de utilizarlos, porque éstos tienen restos de suciedad, debe hacerlo inmediatamente antes de su uso.
2.- Cocinar correctamente los alimentos.
Los alimentos pueden estar contaminados por microorganismos. Si los alimentos se cocinan bien, estos microorganismos pueden ser destruidos por el calor. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que alcance un mínimo de 70o C en el centro del producto.
3.- Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados.
·No deje nunca los alimentos cocinados a temperatura ambiente. Es la mejor manera de evitar la proliferación de los gérmenes.
4.- Un alimento cocinado, es un alimento higienizado.
Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60o C, o del frío, a 4o C como máximo.
Si consume pescado crudo en casa, hágalo después de haberlo mantenido congelado durante días.
5.- Calentar suficientemente los alimentos cocinados.
Para conservarlos después de su preparación, puede mantener caliente hasta su consumo aquellos alimentos que lo permitan (sopas, purés, guisos...). Otro tipo de alimentos que no puedan ser sometidos a calor (ensaladas, gazpachos, etc.), deben ser refrigerados inmediatamente.
No siempre es posible aprovechar sobras de una comida anterior, pero si decide hacerlo, caliente dichas sobras a la temperatura máxima antes de consumirlo.
6.- Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados.
Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado un alimento crudo (cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc.).
7.- Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina.
La persona que manipule alimentos, debe conservar unas estrictas prácticas higiénicas. Es imprescindible que tenga las manos siempre limpias, que las lave cada vez que haga falta y siempre que haga uso del servicio.
Es muy importante hacer la limpieza de la cocina diariamente, como mínimo. Tener especial cuidado en almacenar la basura en recipientes lisos, lavables y cerrados y que éstos no se encuentren cerca de los alimentos.
8.- Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía.
No olvide que los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria.
9.- Utilizar exclusivamente agua potable.
El agua potable no es sólo imprescindible para beber, sino también para preparar los alimentos. Debe tener exclusivamente estos dos orígenes: aguas envasadas o aguas de la red pública de distribución en la población. No se debe beber ni usar agua procedente de pozos que no esté potabilizada.
10.- No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperaturas ambientes.
En bares, cafeterías, restaurantes, etc., todos los alimentos deben estar protegidos por vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas. Deben estar refrigerados siempre que sea preciso. Estas medidas deben ser exigidas por el consumidor, y cuando se observe que no se cumplen, los alimentos deben ser rechazados.