En ese tiempo fui atendido allí a través de consultas con el nefrólogo y solo con medicamentos, me realizaban análisis todos los meses y me medicaban para tener con buenos valores en sangre. Alrededor de 7 años llevé una vida completamente normal hasta que por algún motivo mis valores en sangre comenzaron a dispararse y mi nefrólogo me dijo que, en un tiempo no muy lejano, iba a necesitar entrar en diálisis. Además me recomendó, que como tenía nacionalidad española, me convenía tratarme en España. Como toda mi familia estaba en La Rioja decidí venir a hacerme una segunda consulta de valoración y comprobar en qué punto estaba lo que mi nefrólogo de Paraguay me había comentado. Al llegar a España me instalé en la casa de mi familia y fui a la Clínica de Navarra a hacerme todos los estudios pertinentes. Allí me examinaron y me dijeron que realmente estaba muy mal de mis funciones renales, que no sabían cómo había aguantado un vuelo desde América vivo y que tenía que entrar inmediatamente en diálisis. En ese momento, mi desconfianza al pensar que me querían internar como negocio por ser una entidad privada, volví a Logroño y me dediqué a pasear y estar con mi familia, ignorándolos, porque además me sentía bien. Pero unos días después me sentí muy mal y tuve que acudir a urgencias del Hospital San Pedro donde, tras atenderme y hacerme unos análisis, me dijeron que me tenían que ingresar. Fue la primera vez en mi vida que ingresaba a un hospital público, puesto que en América se suelen utilizar los hospitales privados debido a la saturación de los públicos, y mi experiencia fue increíble debido al excelente trato de los médicos y las enfermeras.
A partir de ese momento empezó mi vida como una persona con insuficiencia renal, me colocaron un catéter y comenzaron a dializarme a la mañana siguiente de mi ingreso. Una vez que habían estabilizado mis valores, y aún ingresado, me dieron la posibilidad de elegir el tipo de diálisis que quería y en poco tiempo ya estaba dializándome por diálisis peritoneal. Me capacitaron el tiempo necesario hasta que entendiera como dializarme y en un tiempito me mandaron a casa donde me llevaron absolutamente todo lo que necesitaba para comenzar este proceso.
Viví con ese tipo de diálisis poco más de un año mientras también se me realizaban controles periódicos y modificaciones en las dosis de diálisis pero después este tipo de diálisis empezó a ser deficiente y tuvieron que cambiarme a hemodiálisis. El cambio fue rápido tras realizarme unos estudios y hacerme una fistula que me permitiera dializarme por este nuevo sistema. Con ese tipo de diálisis estuve también poco más de un año hasta que el septiembre de 2017 entré en la lista de trasplante. Finalmente el 3 de enero de 2018 me llamaron para trasplantarme y tras la intervención tuve una muy rápida recuperación, lo que me permitió volver a casa un tiempo después. Desde entonces, y hasta el día de hoy (9 meses después), los médicos me realizan controles y análisis espaciados con los que comprueban mi estado hasta el día en que estén totalmente seguros de que todo está en orden.
A través de mi experiencia quiero dar las gracias al modelo español de donación y trasplante por permitirme estar tan bien atendido por los profesionales de La Rioja. Me gustaría destacar tanto el trato profesional como humano del personal médico y de enfermeras del Hospital San Pedro por la dedicación que pusieron en mí y mucho más aún a los familiares de mi donante, ya que si no fuera por su generosidad y buena voluntad, yo no estaría trasplantado en este momento.