Todo esto hace que la contagiosidad de la gripe sea muy alta y deberíamos poner todos los medios a nuestro alcance para no ser infectados o no propagárselo a otros. La vacuna de la gripe está destinada a crear un sistema defensivo específico, capaz de combatir ese virus en caso de que haya entrado en nuestro cuerpo. Pero, ¿por qué no nos adelantamos a eso y trabajamos en evitar que ese germen llegue a nuestro organismo? Se ha demostrado a través de varias investigaciones que el lavado de manos es una de las estrategias más útiles, eficaces y baratas de evitar el contagio de la gripe. Puede parecer una alternativa absurda y demasiado simple, pero realmente es útil. Como la transmisión se lleva a cabo por gotitas que quedan depositadas sobre objetos de uso cotidiano y sobre nuestras manos, al lavárnoslas de manera correcta (con agua y jabón durante un minuto aproximadamente) evitaremos introducir los virus en nuestro organismo. Lavaremos las manos, sobre todo, antes y después de tocarnos la nariz, boca u ojos, tras estar en contacto con alguien enfermo, tras comer, tras ir al baño… En caso de no tener acceso a un grifo, podemos usar soluciones alcohólicas para lavarnos.
Otras medidas de higiene básica también han demostrado utilidad a la hora de evitar el contagio. En caso de estornudar o toser debemos cubrirnos la boca y nariz con un pañuelo desechable (o con la mano o cara interior del codo, lavándonos luego como se ha explicado). Es interesante ventilar bien los espacios cerrados y evitar la acumulación de muchas personas en salas pequeñas. Si alguien sabe que padece la gripe, debería permanecer en casa si puede, evitando así la posibilidad de contagiar a otras personas.
En cuanto a la alimentación y los hábitos generales no hay recomendaciones específicas. Resulta útil llevar una dieta equilibrada y completa de manera rutinaria, bebiendo abundante agua, practicando ejercicio físico y evitando tóxicos como el tabaco o el alcohol. Sin embargo, parece interesante explicar que es falsa la creencia de que el consumo elevado de vitamina C prevenga la gripe. Solo se ha demostrado que la vitamina C puede acortar ligeramente el tiempo que dura la infección, pero no prevenirla. Tampoco existen medicamentos que eviten que nos infectemos ni fármacos que curen la gripe. Tomar antibiótico no está recomendado, ya que como saben los antibióticos “matan” bacterias y la gripe está producida por virus. En caso de precisar medicamentos, se pueden utilizar analgésicos y antitérmicos que controlen el malestar, el dolor y la fiebre.
Así que como pueden apreciar la prevención de la gripe no depende sólo de la vacuna. Cada uno de nosotros tenemos al alcance de nuestras manos (y de nuestro grifo) la posibilidad de hacer muchas cosas para evitar contagiarnos. Solo falta que las hagamos. ¡Ánimo!