El cuidado de nuestros pies debe intensificarse en verano si queremos evitar problemas que pueden surgir a causa del calor, sudoración, caminar descalzos por lugares públicos, utilizar calzado inadecuado…
Desde el Colegio de Podólogos de La Rioja nos ofrecen unas sencillas pautas que nos pueden evitar problemas:
Llevar calzado descubierto y sin calcetines ayuda a regular la sudoración de los pies y a que la presencia de durezas en algunos puntos se vea disminuida. Para controlar la sudoración, habrá que lavarlos adecuadamente y aplicar productos antitranspirantes o refrescantes. En caso de usar calcetines estos tendrán que ser de hilo o algodón para ayudar a la transpiración.
Es imprescindible seguir una buena hidratación de la piel para contrarrestar la aparición de ampollas. También hay que tener cuidado a la hora de caminar descalzo por la playa, orillas de los ríos y piscinas. Aunque andar por la arena húmeda es bueno para potenciar la musculatura de los pies, mejorar la circulación y eliminar ligeramente las durezas, por algunas zonas es conveniente caminar con un calzado de protección para evitar heridas. Además, en piscinas y lugares de entretenimiento acuático, también es aconsejable caminar con zapatillas o chancletas para evitar la aparición de hongos y verrugas plantares porque son zonas donde se acumula la humedad.