La tesis evidencia el papel de las aves como dispersores de garrapatas y microorganismos.

La tesis evidencia el papel de las aves como dispersores de garrapatas y microorganismos

Ana María Palomar Urbina, investigadora de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del CIBIR, ha obtenido el grado de doctora por la Universidad de La Rioja con la tesis ‘Papel de las aves como dispersores de garrapatas y microorganismos que vehiculan’, en la que identifica, entre otros microorganismos, una nueva especie bacteriana que ha sido bautizada como Candidatus Rickettsia vini.

La tesis, que ha logrado la calificación de sobresaliente ‘cum laude’ con mención internacional al título, ha sido desarrollada en el Departamento de Enfermedades Infecciosas del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja, dentro de un programa de doctorado del Departamento de Agricultura y Alimentación de la Universidad de La Rioja. La tesis ha sido dirigida por José Antonio Oteo Revuelta y Aránzazu Portillo Barrio (Hospital San Pedro-CIBIR).

La investigación doctoral se ha realizado también en el Instituto Pirbright en Reino Unido y sus resultados se han divulgado en siete artículos publicados en revistas científicas en el campo de las enfermedades infecciosas y de la Salud Pública.

El hallazgo de bacterias y virus en garrapatas retiradas de aves ha aportado datos nuevos sobre la epidemiología de microorganismos responsables de enfermedades transmitidas por garrapatas con gran relevancia en Salud Pública. De estas investigaciones se desprende que las aves dispersan garrapatas capaces de transmitir y/o actuar como posibles reservorios de microbios.

Además se han encontrado nuevos patógenos en España o en otros países como Marruecos, o se han detectado en especies de garrapatas en las que no se tenía constancia previa. Es de destacar el hallazgo de una nueva bacteria que fue bautizada por el equipo investigador como Candidatus Rickettsia vini, en un guiño a La Rioja.

Los resultados de estas investigaciones permitieron dar una respuesta favorable en un tiempo mínimo ante la aparición, en 2016, de los dos primeros casos autóctonos de Fiebre Hemorrágica de Crimea Congo en nuestro país. Esta circunstancia evidencia la necesidad de desarrollar planes eficaces de prevención y de actuación ante enfermedades emergentes, evitando o reduciendo el número de casos y mejorando así la salud de los ciudadanos.