A partir de Semana Santa y según se acerca el verano muchos comenzamos a planificar nuestros planes estivales. Pensamos en esos lugares que nos gustaría visitar y con qué personas deseamos pasar esos 15 ó 20 días de total disponibilidad para disfrutar del buen tiempo, la familia y los amigos: fiestas patronales, pueblos familiares, escapadas a la montaña, visitar otras ciudades o países, la playa, los festivales de música, camping, piscina etc. Pero hay otro plan al que cada vez se suman más personas sin importar su edad o su ámbito laboral: es el voluntariado internacional. Una posibilidad que nos permite visitar países de una manera diferente, conocer su situación y su realidad de manera directa y, a la vez, involucrarnos en la causa o en los proyectos que tenga la ONG con la que viajamos en el lugar de destino. Educación, asistencia médica, formación a mujeres, conservación del medio ambiente o promoción del desarrollo sostenible son algunos de los ámbitos en los que trabajan las numerosas organizaciones de cooperación al desarrollo españolas e internacionales en diferentes países de Latinoamérica, África y Asia.
En la mayoría de los casos los requisitos para ser voluntario son simples: ser mayor de edad, estar en buenas condiciones físicas y psicológicas, aportar la declaración de no tener antecedentes penales, tener ganas y empatía y manejar el idioma si viajamos a lugares en los que no se habla español. Normalmente los voluntarios no reciben contraprestación económica, y deben asumir el coste del vuelo y del alojamiento, así como realizar un curso previo de formación -presencial u online- en el que se ofrecen claves y consejos generales para desarrollar adecuadamente nuestra labor en terreno. En otras ocasiones, y según las características del proyecto, es necesario además poseer formación específica en un determinado ámbito (ingeniería, medicina, psicología, socorrismo…) y tener experiencia previa.
Mis dos experiencias, con organizaciones diferentes, a Ecuador y el año pasado a Nepal, siempre han estado vinculadas a proyectos relacionados con la infancia, con niños y niñas en situación de vulnerabilidad y desamparo. Nuestra labor como grupo de voluntarios era fácil a priori, pero cuando van pasando los días y el inevitable apego a las personas que vas conociendo se vuelve cada vez más fuerte, tu vida da un vuelco que te deja marcado a pesar de los consejos que recibes en el curso y de las personas con experiencia.
Es en esos momentos cuando compruebas que hay recursos universales, como la empatía y el humor, para conectar con otras personas incluso cuando te enfrentas a situaciones complicadas o no compartes idioma. En definitiva, NO se trata de pretender cambiar el mundo en dos semanas o en un mes, ni tampoco en creer que lo sabemos todo; se trata de ponerte en su lugar, de ofrecer lo mejor de ti para hacerles la vida un poquito más fácil durante tu convivencia con ellos.
Cuando te decantas por este tipo de viajes a muchas personas de tu entorno más cercano les cuesta entenderlo, e incluso cuestionan que inviertas tu tiempo de descanso o tus recursos económicos en viajar de esta manera; pero mi experiencia es que si pruebas, repites. Repites porque recibes el doble de lo que das (de sonrisas, cariño, gratitud…), porque en poco tiempo descubres capacidades sobre ti mismo que desconocías, comprendes otras realidades, culturas y costumbres, te conviertes en un ciudadano más comprometido y al volver sientes menos apego por lo material y valoras mucho más cada pequeño detalle del lugar del mundo en el que te ha tocado vivir. Además es una oportunidad única para crear vínculos y establecer relaciones de amistad sólidas con las personas con las que compartes experiencia y entienden cada una de tus sensaciones.
Lógicamente para hacer voluntariado no hay que viajar al extranjero, y podemos hacerlo con entidades de nuestra localidad, personas del vecindario o nuestros seres más cercanos, pero el voluntariado internacional es una experiencia que recomiendo realizar al menos una vez en la vida. En mi caso comenzó a los 30 años pero me hubiera encantado decidirme antes ya que es otra opción de vacaciones que desde los 18 años y sin límite de edad, TRANSFORMA.
Enlaces de interés
http://www.voluntariadosocialrioja.org/
https://www.unv.org/es/door-pages/voluntarios-de-las-naciones-unidas