María Jesús Chinchetru Ranedo. Endocrina

Entrenamientos entre semana, torneos de fútbol, baloncesto, rugby y competiciones de gimnasia, hípica o ballet los fines de semana, desplazamientos a otras ciudades… son algunas de las rutinas deportivas que practican a diario muchos niños y jóvenes españoles.

Una práctica deportiva con grandes e innegables beneficios para la salud e imprescindible para combatir la alarmante tasa de obesidad infantil que sitúa a España como uno de los países con más niños obesos de Europa. Pero sin duda, también, una realidad que requiere de un control para asegurarnos de que los jóvenes deportistas se alimentan adecuadamente sin caer en dietas restrictivas que les puedan ocasionar riesgos en su crecimiento o en su salud.

Para tratar todos estos matices, y aprovechando la celebración este mes del Día Mundial contra la Obesidad y del Día Mundial de la Diabetes, hemos hablado con la endocrina Mª Jesús Chinchetru quien en esta entrevista nos ofrece algunas pautas y consejos que se deben tener en cuenta los jóvenes atletas.

¿Es necesario cuidar más la alimentación cuando se practica deporte?

La alimentación hay que cuidarla siempre, no sólo cuando se practica ejercicio, lo que ocurre es que el deporte supone un sobresfuerzo que hay que adaptar a la alimentación. Cuidarse cada día es importante, pero es verdad que cuando hay un exceso de ejercicio hay que tener en cuenta algunas pautas para no encontrarnos con bajadas de hierro o alteración de micronutrientes, entre otros.

¿Qué pautas se deben seguir?

Las dos situaciones fundamentales son, por una parte, realizar una ingesta adecuada de hidratos de carbono previa al entrenamiento y, por otra, una ingesta proteica adecuada de forma crónica para mantener la musculación. También es conveniente esquivar situaciones de hipoglucemia, lo que popularmente conocemos como ‘pájara’, tratar de evitar la pérdida muscular o hacer frente al déficit de vitamina B12 ode hierro que se puede dar en las personas vegetarianas que hacen un sobresfuerzo. En estos casos hay que suplementar o, por lo menos, controlar la ingesta de éstas y otras vitaminas. Aunque aquí, como en casi todo, lo principal es tener cabeza y darse cuenta de que cuando estás haciendo un tipo de esfuerzo también tienes que comer de una determinada manera.

¿También en el caso de los deportistas no profesionales?

Siempre que se practique deporte tiene que haber una readaptación de la alimentación. Sí que es cierto que nos encontramos habitualmente con que no hay término medio ya que hay gente que no realiza nada de actividad física, lo que es malísimo para la salud, y otros que está haciendo un sobresfuerzo excesivo para la edad y la condición de salud que tienen, motivo por el que se suceden algunas lesiones y por lo tanto su estado de salud empeora.

La recomendación general sobre la práctica deportiva es realizarla entorno a cinco días a la semana con una combinación de ejercicios aeróbicos, de musculación y de estiramientos. Sin embargo, en la actualidad nos encontramos con que hay mucha gente que se ha aficionado a maratones o situaciones de sobresfuerzo que tal vez no sea lo más adecuado para su edad y para su estado de salud. Por este motivo y antes de nada hay que avisar a los pacientes de que existen estudios que demuestran que está aumentando la mortalidad en ambos extremos.

Entonces los deportistas adolescentes tienen necesidades nutricionales diferentes al resto de los jóvenes de su edad…

Un adolescente es la persona que más come de toda la población porque tiene aumentadas las necesidades calóricas, las necesidades proteicas y las necesidades de calcio, que fundamentalmente se completan con los lácteos, aunque son productos que ahora mucha gente pone en entredicho. En este punto, y partiendo de la base de que es muy importante que los adolescentes practiquen deporte porque es una edad en la que se están generando sus músculos y porque el cuerpo humano está diseñado para moverse y más el de un adolescente cargado de testosterona, el problema a veces está en que en algunos equipos deportivos de los que forman parte les piden un peso determinado. Esto no es conveniente porque tenemos que darnos cuenta de que el peso es una medida muy inexacta con la que nos podemos equivocar. Lo importante es la composición corporal y hay que ser consciente de que la constitución de cada persona es diferente y de que están en edades en las que su propia imagen está entre sus preocupaciones. Hoy en día es muy habitual encontrarnos con adolescentes que quieren generar músculo cuando a lo mejor su composición corporal no se lo permite y, a la contra, jóvenes con mucho músculo que quieren bajar de peso pero que por su constitución no lo logran. Lo verdaderamente importante es que los adolescentes coman la cantidad adecuada de alimentos con calidad.

Estos jóvenes que practican deportes donde se da importancia al peso, ¿no deberían conocer los efectos negativos que puede conllevar una dieta?

Por supuesto, tenemos que tener en cuenta de que es una edad en la que aumenta el riesgo de trastornos de la alimentación y en la que la imagen corporal es muy importante, por lo que es clave relativizar la medida del peso. Muchas veces nos encontramos con problemas creados por una obsesión con la báscula y lo importante es hacer bien las cosas, tener una vida activa y comer de forma adecuada. No tenemos que olvidar que aunque hacer deporte a esas edades es sumamente recomendable, y hay que intentar que lo hagan de forma diaria, debemos cuidar que nuestros adolescentes no se obsesionen con el peso porque pueden caer en conductas inadecuadas que paguen el resto de su vida. Además, cabe señalar que realizar una actividad física también es andar por la ciudad, moverse en bicicleta, jugar, subir las escaleras… no solo practicar deporte de competición.

En caso de que deban seguir una dieta ¿quién debería supervisarla? ¿A qué especialista deben acudir?

Hay muchos profesionales con formación adecuada como los nutricionistas o, desde un punto de vida médico, estamos los endocrinos. Hay veces que hay que pedir valoraciones a otros especialistas como fisioterapeutas o podólogo, pero lo más importante es utilizar la lógica y darnos cuenta de que hay actitudes actuales muy erróneas. No podemos dejar la formación de nuestros hijos en manos de Instagram. Muchas niñas vienen a la consulta con pautas sacadas de redes sociales donde, aunque hay gente que lo hace bien, la mayoría lo hace muy mal. Por este motivo hay que incidir también en el papel de los padres y nuestro deber de conocer qué están comiendo nuestros hijos, cómo se están alimentando, si se mueven, cómo se comportan respecto a su imagen corporal y si se les habla del peso, saber cómo tenemos que enfocarlo.

Y respecto a los suplementos ¿qué minerales, vitaminas y proteínas no deben faltar en la alimentación de un adolescente?

La realidad es que teóricamente no los necesitan e intentamos que los consigan siempre vía alimentación. Sí que es cierto que existen situaciones especiales, momentos determinados de sobresfuerzo o épocas de exámenes en las que se estudia en exceso, en las que tal vez puedan necesitarlos.

En otras ocasiones también se utiliza la suplementación proteica, pero hay que tener claro que aunque tomemos una determinada cantidad de proteínas el cuerpo no es capaz de asimilarlas, además no sabemos el origen de esas proteínas, cómo se asimilan… Hay que tener mucho cuidado con la vía por la que llega ese suplemento, ser muy serios y acudir a profesionales que nos orienten de manera adecuada. En principio si hay una buena alimentación en cuanto a legumbres, frutos secos, la cantidad de proteínas y de lácteos necesaria… no tiene porqué haber suplementación, aunque si hay deporte de competición a lo mejor sí que hay que seguir algunas pautas.

Estos días se conmemora el Día Mundial de la Diabetes ¿cómo influye la alimentación en los jóvenes deportistas diabéticos?

La alimentación de las personas diabéticas es la misma que tenemos el resto de la población aunque deben adaptar su tratamiento a lo que comen y a la actividad que hacen o van a realizar. Lo cierto es que estos pacientes están muy ‘adiestrados’, ellos saben lo que tienen  que hacer, cómo se tienen que medir y lo que tienen que comer para no tener una hipoglucemia o una hiperglucemia. Los pacientes diabéticos pueden practicar deporte sin problema, de hecho hay jugadores de fútbol en Primera División, bailarinas, gente que ha subido el Everest… La única pauta es que necesitan una buena educación y un buen adiestramiento, con eso y con ensayo-error aprenden sin ningún problema.

El pasado 12 de noviembre, Día Mundial contra la Obesidad, se recordó nuevamente la alta prevalencia (algo más del 35% de los niños y adolescentes) de la obesidad infantil en España ¿cómo valora esta situación?

Resulta muy preocupante y nos toca retomar otra vez más el tema de los extremos. En esta situación influye también, entre otras cosas, que en las casas de hoy apenas cocinamos. Por eso es adecuado hacer caso al movimiento de comida real (realfood) en el que se apuesta por seguir una alimentación sin procesados ni comidas preparadas y volver a comer más verdura, fruta, pescado, legumbres, haciendo nuestro primero, nuestro segundo, con una alimentación variada y en la que incluyamos todos los nutrientes.

Por desgracia los niños pasan demasiadas horas sentados, estudiando y hay que moverse, coger menos el coche, utilizar medios de transporte público pero con trucos como bajarnos antes y caminar hasta el destino… El cuerpo está diseñado para moverse y si no lo hacemos tenemos como consecuencia la obesidad. También hay que tener en cuenta las distintas composiciones corporales de las personas ya que hay gente que es ‘más fuerte’ y otra que es más delgada, y se machaca tanto a unos como a otros, pero como hay de todo es importante aprender a ‘aceptarnos como somos’ estando sanos y haciendo las cosas bien, comer alimentos de calidad en la cantidad adecuada y movernos diariamente. Es muy importante el ejemplo de los padres y que así podamos transmitir buenas pautas a los hijos.

Para finalizar me gustaría señalar que lo más importante es utilizar la lógica. Vivimos en una región con muy buenos productos y en la que nuestros mayores nos han educado en una dieta mediterránea con el único pequeño defecto de consumir un exceso de carne y una falta de consumo de pescado. Lo que tenemos que hacer es esforzarnos un poco en la alimentación, elaborar nuestros menús, intentar comer los menos azúcares posibles y que las grasas que consumamos sean las adecuadas (aceite de oliva virgen extra, pescado, frutos secos…). En definitiva, que tengamos calidad en nuestros alimentos y que la cantidad sea la adecuada para nuestro estado de salud y nuestra edad. Y por supuesto, movernos, movernos todo lo que podamos.